Cuando llegó Hernán Cortés con sus hombres a México, en 1519, y consumaron la Conquista en 1521 tras la caída de la capital del imperio mexica, Tenochtitlan, muchas cosas cambiaron. Entre ellas, la medicina y su forma de llevarla a cabo.
Para muestra de ello, fue que se comenzó con la construcción de lugares en donde se llevaban a los heridos o enfermos para curarlos. Fue con los españoles que a México llegaron los primeros hospitales. De hecho, el primero en construirse aún se encuentra de pie y en funcionamiento. Se trata del Hospital de Jesús, que se encuentra en el Centro Histórico de la Ciudad de México, ocupando la manzana que se encuentra entre las calles 20 de Noviembre, República del Salvador, Pino Suárez y Mesones, a unos cuántos pasos del Zócalo Capitalino.
Esto quiere decir que dicho inmueble tiene una historia de 500 años. Además de ser el primer hospital construido en México, también fue el primer hospital de toda América.
En un principio, el Hospital de Jesús llevaba por nombre Hospital de la Purísima Concepción, y comenzó a funcionar antes de 1524, pues su par mexica, llamado Tihuican, quedó rebasado porque las tícitl, que eran las mujeres consideradas como “médicas” de los mexicas, ya se enfrentaban a nuevas enfermedades provenientes de otros lugares, como la viruela.
No es claro si en un principio, este antiguo hospital atendía por igual a españoles e indígenas, sin embargo, el concepto se complementó bien con la herbolaria y otras técnicas del mundo prehispánico. El diseño arquitectónico del hospital estuvo inspirado en un hospital de Sevilla, España, y fue creado por el primer médico español que llegó a la Nueva España desde Europa.
Desde sus inicios, operó ininterrumpidamente y tuvo los nombres de Hospital del Marqués y Hospital del Nazareno. Sin embargo, el actual nombre, se cuenta, lo obtuvo no por pertenecer a alguna orden religiosa, sino por una mujer de nombre Petronila. Ella, mientras permanecía internada en dicho hospital, que también recibía personas por caridad, soñó un Cristo y decidió mandar a hacer una escultura de la imagen que vio, sin embargo ningún escultor pudo fabricar algo que se pareciera a su visión.
En una ocasión, llegaron unos indígenas y tallaron un crucifijo que era exactamente como la mujer lo recordaba. Lo raro es que, luego de crear la figura, desaparecieron misteriosamente, por lo que fue considerado un milagro.
Cuando Petronila murió, la imagen que hicieron los artesanos, que había permanecido en su casa, se sorteó entre varios templos, y el ganador fue este hospital, pero como no tenía muchos recursos, pidió que se volviera a sortear, sin embargo, volvió a ganar. Se cuenta que esa rifa se realizó en varias ocasiones y la imagen siempre fue ganada por dicho hospital. Es por eso que se le decidió llamar Hospital de Jesús, nombre con el que se le conoce hasta ahora.
Como en la época en que se construyó los hospitales contaban con un templo, este también se construyó así, de nombre Jesús de Nazareno, que cuenta con una fachada barroca a su exterior y en su interior cuenta con un mural creado por el pintor mexicano José Clemente Orozco en el techo. Sin embargo, hay otro detalle en este lugar que llama mucho la atención.
Y es que dentro de los muros de este sitio, descansan los restos del Conquistador español Hernán Cortés. Así lo constata una placa que se encuentra en el lugar y aunque efectivamente, a mediados del siglo XX se confirmó que ahí se encontraban los restos, luego de que estuvieran escondidos por algunos siglos, y hasta se exhumaron, muchas personas dudan que hasta la fecha continúen en este sitio.
Otro dato interesante del Hospital de Jesús es que fue el primer lugar en el que se llevaron acabo operaciones en América.
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