México es el país más peligroso para los sacerdotes en Latinoamérica por la ola de violencia que han desatado los grupos criminales vinculados al narco, según análisis registrados por el Departamento de Estado de Estados Unidos.
De acuerdo con datos del Centro Católico Multimedial (CMC), citados por las autoridades norteamericanas, este sector de la población religiosa encabeza el listado de la región más violenta por 13 años consecutivos independientemente a sus ideologías o veneraciones.
El Informe 2021 sobre Libertad Religiosa Internacional de EUU señala que los líderes religiosos están involucrados en activismo político y social, de ahí que están expuestos al peligro generalizado, pero los 32 curas asesinados desde 2012 a 2022 reflejan la inseguridad en México.
Las autoridades norteamericanas consignaron que grupos del crimen organizado siguieron escogiendo a algunos clérigos y otros jefes eclesiásticos como víctimas de asesinatos, intentos de extorsión, amenazas de muerte, secuestros e intimidación durante el año pasado.
Muchos de ellos, por su acceso percibido a recursos financieros o sus labores ayudando a los inmigrantes. Debido a que persiste una mayoría de católicos, los ataques han sido contra este sector.
“Los funcionarios del gobierno federal y las autoridades de la Iglesia Católica continuaron afirmando que estos incidentes no fueron el resultado de creencias religiosas, sino más bien incidentes relacionados con la situación general de seguridad y el crimen”.
Elementos criminales atacaron a sacerdotes católicos y otras figuras religiosas para crear miedo en la comunidad y una cultura del silencio, lo que permitió que sus actos, como el tráfico de drogas y armas, continuaran sin obstáculos
El pasado 16 de mayo, las autoridades de Baja California localizaron asesinado al sacerdote José Guadalupe Rivas, encargado de la Casa del Migrante de Nuestra Señora de Guadalupe de Tecate y párroco de la iglesia de San Judas Tadeo.
Según el reporte de la fiscalía local, el cuerpo del religioso presentaba huellas de la violencia, al igual que el de una segunda persona, quien tenía el rostro desfigurado. Ambos se encontraban en el fraccionamiento las Misiones, donde vivía el cura. Llevaban un par de días desaparecidos.
Hace un año, en junio de 2021, la disputa criminal del Cártel de Sinaloa contra el Cártel Jalisco Nueva Generación dejó como víctima del fuego cruzado a Juan Antonio Orozco Alvarado, un misionero católico que se desplazaba en un tramo carretero del municipio duranguense del Mezquital, colindante con Zacatecas y Nayarit.
El religioso pertenecía a la Provincia Franciscana de los Santos Francisco y Santiago en México A.R. Los reportes de señalaron que el clérigo, conocido en la comunidad de Canoas, conducía su camioneta con dirección a ese lugar para oficiar una ceremonia por los 15 años de una habitante.
Por casos como esos, el Departamento de Estado alude al informe de Catholic Aid to the Church in Need 2021, que determinó como la violencia contra los líderes religiosos en México parecía no tener motivos de creencias, sino que los líderes fueron violentados por asistir a las víctimas.
La evaluación de Puertas Abiertas de 2021 informó que los grupos criminales atacaron a los cristianos por hablar abiertamente contra la violencia
Otros sacerdotes fueron atacados, algunos secuestrados y finalmente ejecutados durante todo 2021 en México, cuando el CMC contabilizó tres de estos casos, incluido el del misionero Orozco Alvarado. Sin embargo, también reportaron el asesinato de un catequista.
En marzo del año pasado, sicarios privaron de la libertad y después asesinaron al padre Gumersindo Cortés González en Celaya, Guanajuato. Las autoridades informaron que el clérigo también fue torturado.
Su cuerpo fue encontrado en un camino de terracería con heridas de bala en la cabeza y pecho. Horas antes su familia lo había reportado como desaparecido. A unos metros del cadáver fue hallada la camioneta del párroco.
Cuatro meses después, en Simojovel, Chiapas, un motosicario atentó contra el catequista católico tzotzil y activista de derechos humanos, Simón Pedro Pérez López. En agosto pasado, la policía en Zacatepec, Morelos, encontró muerto al padre José Guadalupe Popoca Soto. Las investigaciones preliminares indicaron que el eclesiástico murió durante un robo.
En Michoacán, el padre Alfredo Gallegos, ha llamado desde el púlpito a los feligreses a armarse para defenderse de las pandillas violentas. Este cura es conocido como el Padre pistolas, debido a sus reiteraciones para hacer frente a los criminales desde Chucándiro, en la zona de Tierra Caliente.
Gregorio López Gerónimo, es otro padre que ha destacado en la región michoacana por acompañar los autodefensas contra el grupo criminal de los Caballeros Templarios desde 2013. Aunque en 2020 fue suspendido del sacerdocio.
Mientras que el padre Gilberto Vergara, de Aguililla, ha contado a Infobae México cómo pasa los narcoretenes en su desplazamiento hacia Apatzingán. Este religioso, como tantos otros en el país, son vulnerables por alzar la voz para exigir mejores condiciones para su comunidad.
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