La advertencia del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador hizo realidad su advertencia de no asistir a la Cumbre de las Américas si no se invitaba a las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Con el inicio de la reunión en Los Angeles, se confirmó la postura de México respecto a la integración del continente americano como un sólo bloque.
Es así que, en lugar del mandatario morenista, será el canciller Marcelo Ebrard Casaubón quien represente al país en las actividades del evento entre el 6 y 10 de junio. Ante ello, han surgido diversas críticas sobre las posibles consecuencias en la relaciones exteriores, especialmente con el gobierno de Joe Biden, que podría tener mostrar apoyo a las naciones excluidas, acusadas por Estados Unidos de no mantener regímenes democráticos.
El titular de la SRE, por su parte, ha asegurado que se toma “de manera errónea” las intenciones en las decisiones de López Obrador debido a que los principales señalamientos giran entorno a la defensa de “dictaduras latinoamericanas” sin dar el contexto adecuado, poniendo en duda el vínculo comercial que mantienen ambos países norteamericanos.
“Otra línea de cuestionamiento es que México no debería expresar ni desarrollar posiciones de política exterior no ceñidas a las de Washington. Para un interlocutor sin el contexto adecuado, esto resulta persuasivo, pero se trata de planteamientos simplistas y falaces”, escribió en una columna publicada para el Diario Excélsior.
En su texto, Ebrard Casaubón argumenta un trasfondo más allá que el simple hecho de defender las administraciones de Nicolás Maduro, Miguel Díaz-Canel o Daniel Ortega, sino que expone la propuesta de López Obrador por no apegarse a una política intervencionista por parte de Estados Unidos y sí a una en la que se respete el derecho internacional en relación a la soberanía de cada territorio.
“Expresado con otras palabras, el presidente defiende así el principio de no intervención y acusa las contradicciones del principio de intervención selectiva. Lo hace por un tema de valores y principios, sí, pero también como un cálculo estratégico y con la vista puesta en la construcción de un arreglo inédito de relaciones políticas y económicas en el continente americano para el siglo XXI”, agregó.
La Cumbre de las Américas se trata de una evento que reúne a los jefes de Estados del continente americano con una periodicidad de entre tres y cuatros años desde 1994, cuando se llevó a cabo la primera junta en Miami, Florida. La más reciente tuvo lugar en 2018 en la capital peruana, Lima. En aquella edición, el entonces presidente Donald Trump rechazó asistir a la Cumbre.
El canciller continuó su razonamiento con referencias a organizaciones como la Unión Europea o el G20 para exponer que, aunque existen diferencias entre los integrantes, ha prevalecido el derecho a la participación. Además, cuestionó a la administración de Joe Biden por acercarse a la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental e impulsar el Marco Económico del Indo-Pacífico cuando sus integrantes no cumplen con los estándares democráticos que le exige a Cuba, Venezuela o Nicaragua.
“La exclusión de países de esta IX Cumbre de las Américas y de otros mecanismos de gobernanza continental, en especial de la Organización de los Estados Americanos (OEA), no sólo está en contra de los principios de México, sino que además resulta inconsistente, por no decir contradictoria, con la realidad que prevalece en la membresía de la mayoría de las organizaciones de gobernanza global”, acusó.
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