El primer teatro de la Ciudad fue el llamado El Coliseo de México, y aunque no se quedó en pie, fue transformándose a través del tiempo, fue construido entre 1671 y 1673 y se encontraba al lado del Hospital llamado Real de los Naturales actualmente entre el Eje Central Lázaro Cárdenas y la calle de Victoria en el Centro Histórico de México.
En 1826 el nombre fue cambiado a Teatro Principal, constaba de dos pisos y era utilizado por la gente distinguida y por personas de un nivel socioeconómico menor que la gente distinguida, además dividían a los hombres y las mujeres. Incluso atrás de las bancas solían estar personas de pie, en total cabían aproximadamente ochocientas personas.
En este lugar se presentaban óperas, danzas europeas, bailes y cantos mexicanos y también españoles. En 1722 el Coliseo de México se quemó después de haberse presentado la obra llamada Ruina e incendio de Jerusalem el 19 de enero, pues el teatro era totalmente construido con madera.
Fue al día siguiente cuando comenzó a incendiarse, ese día se iba a presentar la obra llamada Aquí fue Troya, este hecho fue publicado en la entonces Gaceta de México. Después de haberse perdido el inmueble, el teatro se cambió de lugar en 1725 con el nombre Coliseo Viejo en la actual calle Bolívar y la calle 16 de septiembre.
Años después el 23 de diciembre de 1753 se inauguró un tercer teatro llamado Coliseo Nuevo, el cual se mantuvo por 178 años. Se ofrecían obras de autores nacionales y también traducciones de comedias francesas e inglesas. En 1826 cambio a su nombre a Teatro Principal siendo el escenario oficial cuando llegó la Independencia de México.
Lamentablemente la historia volvió a repetirse y el 1 de marzo de de 1931 a las 00:35 horas empezó un incendio. Según el cronista Manuel Mañón una colilla de cigarro encendió el telón, el actor Joaquín Pardavé se encontraba actuando lo último de la obra El Fracaso del sábado.
Las llamas se esparcieron rápidamente y los asistentes y actores salieron corriendo hacia las puertas que estaban siendo devoradas por el fuego. Entre los escombros se encontraron algunos cadáveres, y de aquel teatro solo quedaron pedazos de hierro, viguetas retorcidas y maderas quemadas.
Sin embargo el teatro en México no se quedó ahí, pues tiempo después en 1844 se construyó el Gran Teatro Nacional ubicado en la avenida Cinco de Mayo y Bolívar, en el terreno que hoy ocupa el Palacio de Bellas Artes. Contaba con espacio para 2 mil 395 butacas con cojines rojos aterciopelados y llegó a ser uno de los edificios más importantes de la Ciudad en esa época.
Fue inaugurado durante el mandato de Antonio López de Santa Anna. Medía casi 18 metros de alto y 98 de profundidad. Lamentablemente fue demolido en el periodo de 1900 a 1902 durante el mandato de Porfirio Díaz pues su intención era prolongar la avenida Cinco de Mayo hasta la calle de Santa Isabel y también la construcción del Palacio de Bellas Artes.
La construcción del Palacio de Bellas Artes comenzó en 1904 en una parte del terreno que ocupaba el antiguo Teatro Nacional. Con el tiempo las casas y edificios fueron demolidos también para dejar el camino libre a lo que hoy se conoce como el Eje Central Lázaro Cárdenas.
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