A dos días de iniciar la Cumbre de las Américas en la ciudad de Los Ángeles, el próximo lunes 6 de junio, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), no ha anunciado de manera pública un cambio de timón ante su amago de no asistir a esta cita, pese a la insistencia del gobierno de Joe Biden, el cual ha expresado su deseo abierto por la participación del ejecutivo mexicano.
Apenas el jueves 2 de junio, López Obrador expuso en su conferencia mañanera que hasta ese día seguía esperando a que los organizadores de la Cumbre distribuyeran todas las invitaciones, de modo que dejó abierta la posibilidad de acudir en persona a este evento en caso de que no se excluya a Cuba, Venezuela y Nicaragua.
“Lo de la cumbre, estamos esperando. Ayer un funcionario de Estados Unidos muy cercano, sí, al presidente Biden, Juan González, habló de que todavía no están terminadas las listas o hace falta distribuir algunas invitaciones. Vamos a esperarnos” sostuvo el mandatario mexicano.
Cuestionado sobre una posible afectación en la relación bilateral por el condicionamiento del tabasqueño a su homólogo norteamericano, López Obrador negó una tensión entre ellos y se limitó a decir que existe respeto mutuo entre sus gobiernos. “Ya saben cuál es nuestra postura. Y faltan todavía algunos días; entonces, cuando tengamos información vamos a darla a conocer”. De modo que hasta este sábado 4 de junio, la administración obradorista no se ha pronunciado oficialmente sobre este tema.
Biden en una situación incómoda
Cuando faltan apenas dos días para la apertura de la Cumbre de las Américas, Joe Biden, el anfitrión, sigue sin revelar la lista de Jefes de Estado invitados, que se ha convertido en motivo de desencuentros y polémica con sus vecinos latinoamericanos, particularmente con su socio estratégico: México..
La postura de no invitar a Miguel Díaz-Canel, de Cuba, ni a los mandatarios de Venezuela, Nicolás Maduro, y Nicaragua, Daniel Ortega, a quienes considera ilegítimos desde su reelección, desató los reproches entre los países del continente que están alineados a la izquierda.
México, Bolivia, Guatemala, Honduras y el bloque de 14 naciones del Caribe pusieron en duda su asistencia si se excluye a esos tres países, que según los Estados Unidos, incumplen la Carta Democrática Interamericana por sus cuestionables procesos electorales así como por la violación constante a los Derechos Humanos.
Sobre Cuba, el propio Díaz-Canel ya manifestó públicamente que no asistirá al evento aunque sea invitado, misma opinión que manifestó hace un mes Daniel Ortega de Nicaragua. En el caso de Nicolás Maduro, este ha reprochado que no s ele invite, sin embargo, su posible llegada a suelo estadounidense es una auténtica encrucijada para él debido a las órdenes de captura que existen en su contra en ese país.
Pero a Biden le preocupa sobremanera una eventual ausencia del presidente mexicano, debido a la integración económica que mantienen ambas naciones. De hecho, destaca que esta novena reunión de los países de la región se llevará a cabo en Los Ángeles, la ciudad de la unión norteamericana con el mayor porcentaje de población hispana.
“Nuestra relación con México es y seguirá siendo positiva” y el presidente estadounidense “quiere personalmente” que López Obrador asista, afirmó esta semana Juan González, el principal asesor de la Casa Blanca para las Américas.
Debido al problema migratorio, Estados Unidos necesita a López Obrador y él “ve que la posición de desafiar a Biden le hace aparecer como un líder latinoamericano”, declaró a la AFP Michael Shifter, profesor de la universidad de Georgetown.
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