Este jueves se vive una mañana caótica debido a un bloqueo de transportistas en al menos ocho puntos de la Ciudad de México, lo que ha provocado que se paralice la capital. Según Francisco Carrasco, vocero de Fuerza Amplia de Transportistas, quien fue entrevistado esta mañana en Aristegui Noticias, los bloqueos serán retirados entre las dos y las tres de la tardeo hasta que las autoridades del Gobierno Capitalino les dé una respuesta a sus exigencias de aumentar la tarifa del pasaje en el transporte público.
Este bloqueo es por parte de los transportistas que conducen diferentes unidades de transporte público, como microbuses y los conocidos como “peseros”.
Estos medios de transporte tienen un largo historial en la capital, pues fueron implementados hace varias décadas, para tratar de cubrir la necesidad de movilizarse de los capitalinos. Y es que en el Valle de México, siete de cada 10 personas que se trasladan en transporte público, lo hacen por medio de una unidad de transporte concesionado, es decir, en los microbuses o en las combis.
Los microbuses son vitales para los capitalinos, pues se estima que de lunes a viernes, estos vehículos realizan más de 11.5 millones de viajes y transportan a unas seis millones de personas en promedio. Se estima que en la Ciudad de México hay mas de 18 mil microbuses, divididos en 102 rutas, sin embargo, la cifra puede ser mayor debido a las unidades que a diario se trasladan desde el Estado de México hacia la capital.
Durante casi todo el siglo XX, la mayoría del transporte público en la Ciudad de México estaba en manos de un par de líderes que conformaban la llamada Alianza de Camioneros de México, que fue bautizada como el Pulpo Camionero, pues sus “tentáculos” abarcaban toda la capital, y su poder se extendía a diversas esferas como la política.
Desde esos tiempos los capitalinos solían quejarse del mal servicio, los accidentes, y el pésimo estado de las unidades del transporte público.
Fue durante los primeros años de la década de los 80, cuando gobernaba el país José López Portillo, que las autoridades decidieron poner orden en el transporte público de la capital. El entonces regente del extinto Distrito Federal, Carlos Hank González, se encargó de revocar las concesiones del Pulpo Camionero, y el 18 de agosto de 1981, la Presidencia de la República decretó la creación de un nuevo organismo: “Autotransportes Urbanos de Pasajeros”, también conocido como la Ruta 100.
De ahí en adelante, las unidades de transporte público contaron con una identidad única, estaban pintadas de color café y lucían el logo de la R100. En ese año se adquirieron unidades nuevas, pero también se les dio un segundo aire a camiones antiguos popularmente conocidos como Delfines y Ballenas. Así fue posible que la Ruta 100 cubriera casi el 80% de la capital e incluso zonas del Estado de México, como Satélite y Arboledas.
La década de los 80 fue difícil para el país en cuanto a lo económico, y las crisis y devaluaciones provocaron que muchas personas que vivían en la capital la dejaran para irse a vivir a la periferia, en zonas como Cuautitlán Izcalli, Aragón, Atizapán o Ecatepec.
Aunado a esto, el terremoto de 1985 hizo que esa migración de capitalinos aumentara, lo que aceleró su crecimiento en unos años. La migración de habitantes hizo que la necesidad de transportar a más personas desde el entonces Distrito Federal hacia el Estado de México creciera, y zonas de Naucalpan, Tlalnepantla o Nezahualcóyotl no tenían cobertura de la Ruta 100.
El problema empeoró cuando muchas de las nuevas colonias se encontraban en lugares de difícil acceso, en los que difícilmente cabía un autobús del tamaño de un Ruta 100, por lo que aparecieron las combis, una furgoneta que transportaba a 8 o 9 pasajeros.
Con los años, la Ruta 100 comenzó a tener en sus instalaciones autobuses que no se usaban. Además, creció el robo de autopartes, y hasta se dijo que apoyaban movimientos como el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, que se levantó el 1 de enero de 1994.
Todo esto aunado a que ocupaba más de 8% del presupuesto de la ciudad, provocó que no fuera sostenible para el entonces Gobierno de la Ciudad de México. En 1995, el gobierno en turno, encabezado por Ernesto Zedillo y el regente Óscar Espinoza Villareal declararon la quiebra de la Ruta 100.
Fue así como oficialmente, las combis y los microbuses de las CDMX se convirtieron en el principal medio de transporte de los capitalinos.
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