Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente de la República Mexicana, confesó que no considera a los ex mandatarios de México sus “enemigos” y que más bien los conflictos que tiene con ellos son meramente de “orden político”. En ese sentido, son para él no más que adversarios.
“Nunca estuve de acuerdo con la política de Salinas ni de Zedillo ni de Fox ni de Calderón ni de Peña Nieto. Entonces las diferencias son de orden político, no en lo personal. Yo no odio”, dijo.
Mencionó que los regímenes que implementaron los pasados presidentes beneficiaron solamente a minorías, auspiciaron la corrupción, produjeron el atraso y ocasionaron el empobrecimiento de las y los mexicanos.
Acusó nuevamente a Carlos Salinas de Gortari, presidente de México en el periodo 1988-1994, de haber intentando crear una nueva oligarquía para lo que entregó muchos bienes de la nación, entre ellos empresas, bancos, minas y tierras ejidales, a particulares y de manera precisa, a sus allegados. Es por esto, explicó, que lo nombró el “Padre de la desigualdad moderna”.
Por otro lado, López Obrador aseguró estar en total desacuerdo con Ernesto Zedillo Ponce de León (periodo presidencial de 1994-2000), porque a raíz de la crisis económica que causó el gobierno de Gortari al final de su mandato, el ex mandatario priísta optó por “rescatar” a las clases más altas surgiendo así el famoso fraude de FOBAPROA.
En lo que respecta al periodo de Vicente Fox Quesada (2000-2006) comentó que sus diferencias radican en el engaño a la población mexicana “de que iba a haber un cambio”, además de que continúo aplicando el salinismo como política “al grado que su secretario de Hacienda había trabajado con Salinas”.
A Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) y a Enrique Peña Nieto (2012-2018), los acusó respectivamente de iniciar la llamada “Guerra contra el narcotráfico”, el “desparpajo” y corrupción, además de fraude electoral a ambos.
“Si me encontrara yo a Calderón, si me encontrara yo a Salinas, a lo mejor los saludaría, a lo mejor no lo haría por cuestiones políticas, porque me afectaría políticamente, pero lo personal es otra cosa”, confesó el ejecutivo federal.
Las palabras del presidente se han visto reflejadas con anterioridad al asegurar contundentemente que no promoverá el juicio a los expresidentes mexicanos a pesar de que hayan cometido delitos catalogados como de “lesa humanidad”, ya que ha señalado, es algo que deberían realizar los mismos ciudadanos.
“Eso corresponde a los ciudadanos que presentaron la denuncia, creo que el Estado no debe participar en este tema, creo que no debe haber un llamamiento del Estado y lo que hace hace falta es una resolución. A ellos corresponde, a nosotros no nos corresponde hacer un exhorto. No vamos a poner una denuncia en contra de expresidentes”
Ha enfatizado tras la denuncia interpuesta ante la Corte Penal Internacional (CPI) por un grupo de ciudadanos que exigían que el expresidente Felipe Calderón fuera juzgado por los delitos cometidos en su llamada “Guerra contra el narcotráfico”.
“Esta instancia debe de responder, si se hizo una denuncia con toda la formalidad legal pues corresponde dar una respuesta, no tiene que haber un exhorto, un llamamiento del Estado. Ya es una denuncia en curso y lo que hace falta es una respuesta, una resolución. A ellos corresponde, nosotros no tenemos por qué formalmente, hacer un exhorto”.
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