A la búsqueda de mamuts: INAH emprende estudio sobre restos hallados en el AIFA

El Instituto ampliará las investigaciones de más de 50 mil piezas paleontológicas rescatadas durante la construcción del aeropuerto; entre los animales hallados está el mamut colombino

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El INAH buscará revelar más
El INAH buscará revelar más detalles de la forma de vida de los mamuts colombinos. Foto: INAH

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) anunció el análisis de la colección de restos paleontológicos del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) para descubrir más detalles sobre la forma de vida de la fauna prehistórica. Entre los animales que habitaron en las inmediaciones de Santa Lucía se encuentra el mamut colombino.

A través de un comunicado de prensa, la dependencia detalló qué es lo que se espera del estudio de los restos de mamuts:

“La integración de los resultados de los análisis de las muestras arrojará información novedosa para conocer las adaptaciones al medio, dinámicas poblacionales e incluso las relaciones de parentesco que hubo entre los proboscídeos del México prehistórico”, se pudo leer en el mismo.

El INAH busca conocer cómo
El INAH busca conocer cómo se adaptaban los mamuts y sus dinámicas poblacionales. Foto: INAH

Para conocer más de estos grandes mamíferos, el equipo de especialistas analizará molares y fechamientos de radiocarbano. Cabe recordar que hasta el momento han sido localizados 50,000 restos paleontológicos, que representan el acervo de mayor tamaño en territorio latinoamericano y uno de los depósitos con restos de mamuts más grandes de Norteamérica.

El mamut colombino fue el gran mamífero que habitó el Valle de Toluca. Es el único de su tipo que habitó en la República Mexicana hace miles de años y es una de las tres únicas especies que se han encontrado en el continente americano.

Cabe señalar que el estudio también revelará información acerca de otras especies que habitaron en esa zona, como en qué época vivieron y en qué tipo de ambiente. En ese sentido Felisa Aguilar Arellano, presidenta del Consejo de Paleontología del INAH (ConPal) expuso: “Conforme se vayan procesando, puede que se reduzca o se amplíe la cantidad de individuos y de especies que en su momento fueron estimados”.

El acervo de restos de
El acervo de restos de mamut de Santa Lucía es uno de los más grandes de Norteamérica. Foto: INAH

El proyecto, denominado La Historia y Paleoambientes del Noroeste de la Cuenca de México está codirigido por el experto Joaquín Arroyo-Cabrales. Para su realización se recurrirá no solo a la arqueología y la paleontología, sino también a otras disciplinas como la geología, la física, la química y el estudio del ADN antiguo.

Arroyo-Cabrales dijo que el proyecto del nuevo aeropuerto favoreció el hallazgo paleontológico, ya que aunque hubo reportes desde la década de 1950: “no sabíamos que en este espacio tendríamos esa cantidad de huesos, las grandes excavaciones de la construcción permitieron su recuperación”.

Investigaciones previas indican que en el área donde fue construido el AIFA habitaron, además del mamut colombino, gliptodontes, perezosos terrestres, camellos americanos, lobos pleistocénicos y dientes de sable durante el último máximo glacial. Esto debido a que se trataba de un refugio natural por la presencia de pastizales, ciénagas y praderas.

Parte de los restos hallados
Parte de los restos hallados en el AIFA se exhiben en el Museo delMamut. Foto: INAH.

Actualmente, parte de la colección paleontológica se encuentra exhibida en el Museo del Mamut, el cual cuenta con una sala para muestras temporales, áreas de interacción digital, así como proyecciones 4D . La necesidad de establecer un centro de exhibición y no de su investigación fue planteada desde 2019, año en que iniciaron los trabajos de rescate antropológico a cargo del doctor Rubén Manzanilla López.

Sin embargo, Santa Lucía no es la única parte del Estado de México en donde se han encontrado restos de animales prehistóricos. En mayo, el INAH identificó partes de la osamenta de lo que podría ser un mamut, en San Lorenzo Toxico en Ixtlahuaca.

El descubrimiento se dio en un predio particular cuando sus habitantes estaban construyendo una cisterna. Al encontrar los huesos se pusieron en contacto con las autoridades para que éstas se encargaran de determinar a qué animal pertenecían.

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