En las entrañas de Tepito, el llamado “barrio bravo” de la Ciudad de México, emerge el culto del Angelito Negro, una devoción al diablo repleta de rituales y simbolizada por un imponente altar a apenas cien metros del más famoso templo de otra popular figura, la Santa Muerte.
Alexis, el Chino para los amigos, enciende un puro y baña de humo al Angelito Negro. La figura, sentada en medio de un gigante pentagrama (estrella) invertido que ocupa toda una pared de la habitación, observa impertérrita la escena.
En una mano lleva una torta (bocadillo) y en la otra unos escapularios y un cigarrillo. A sus pies hay dinero, veladoras, muchas latas de cerveza, una copa de vino, una pizza y varios círculos de sal en el suelo que sirven para limpiar de energías negativas el espacio. A los laterales del altar, cruces negras invertidas.
Pero este no es el único lugar donde se realiza el ritual. El youtuber mexicano Julio César Fuentes, mejor conocido como “Yulay”, mostró cómo es el culto del “Angelito Negro” desde la catedral de la Santa Muerte, ubicada en Pachuca, Hidalgo.
“El primer viernes de cada mes se le festeja a Luzbel, Satanás, aquí dentro de la catedral de la Santa Muerte (...) Aquí es donde se alberga el mero mero, al obispo negro”, afirmó al comienzo del video el joven de 26 años que se dedica a documentar la vida urbana en la capital y el Estado de México.
Sus videos en los barrios más peligrosos del Valle de México le han valido más de 3.26 millones de suscripciones en YouTube.
En uno de esos videos, titulado ¡No lo mires a los ojos! “El Angelito Negro” (Documental) ¡Aquí adoran al Diablo!, el youtuber conoce a Óscar Pelcastre, obispo del controvertido culto y principal promotor de este movimiento desde hace más de dos décadas.
“Para mí sería una representación de cada imagen de la Santa Muerte. No podemos hablar de demonios. Los demonios están en el palacio de Luzbel (...) Para poder llegar hasta donde estoy, y tener el grado de obispo negro, se tuvo que hacer una sesión con espiritistas, brujos y creyentes del diablo”, explicó Óscar al youtuber al ser cuestionado sobre su rango.
“Existen el bien y el mal. La gente dice que no conoce al diablo, pero yo sé perfectamente que la gente, sin darse cuenta, sí conoce al diablo porque cada ser humano lo tiene internamente (...) El diablo hace lo que la persona pide, no lo que él quiera. Si lo llega hacer, lo hace en otro grado, en otro nivel”, agregó.
“Yulay” también fue testigo de cómo algunas personas en el templo eran poseídas por un supuesto demonio, y en un momento de la grabación de casi 30 minutos de duración le pidió a Óscar Pelcastre que también dejara al demonio entrar a su cuerpo.
Sin embargo, después del ritual, el creador de contenido aseguró que, a diferencia de las otras personas, no sintió nada cuando se llevó a cabo la supuesta posesión. “No es por desprestigiar su trabajo, ni nada, pero no sentí nada sinceramente. No vengo a poner en duda su trabajo, su habilidad, su técnica que utiliza. Pero de verdad no sentí nada”, afirmó.
El Angelito Negro y la Santa Muerte
Pero ser devoto del Angelito Negro no necesariamente implica rechazar otras religiones o cultos.
En las entrañas de Tepito, el llamado “barrio bravo” de la Ciudad de México, también emerge el culto del “Angelito Negro” repleto de rituales y simbolizada por un imponente altar apenas a cien metros del más famoso templo de otra popular figura, la Santa Muerte.
“Yo le empecé a brindar culto al Angelito Negro desde que mi madre se puso mala, tuvo cáncer. Y le pedí y prometí que si él me ayudaba a que mi madre saliera del cáncer yo me entregaba en cuerpo y alma”, explicó Alexis a la agencia EFE, un habitante de la Ciudad de México que a sus 27 años es padre de dos hijos y se dedica a cuidar del altar con esmero.
Hace años el joven viajó hasta Pachuca, en el estado de Hidalgo, para conocer a Óscar Pelcastre, y tras pasar por varias pruebas —algunas de ellas incluyen escarificaciones en la piel— Alexis entró a formar parte del culto. Y como prueba de su devoción llevó una figura de Satanás hasta su barrio, Tepito.
Ahora, el primer viernes de cada mes los feligreses de este culto ofician su particular misa.
“Hay muchas personas, desde niños hasta mujeres. Personas buenas y personas malas. Aquí hay de todo. Hay creyentes y está abierto a todo el mundo. Incluso vienen políticos”, aseguró.
Con información de EFE
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