De acuerdo con datos del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, de enero a abril de este año, México recibió USD 17 mil 152 millones de paisanos residentes en el extranjero (Remesas) y se prevé que a finales del 2022 se rebasen los 60 mil, superando los 51 mil 594 millones de todo el 2021.
Cabe mencionar que el año pasado, México fue el tercer mayor receptor de remesas a nivel mundial, solo por detrás de la India y de China, pero muy por arriba en América Latina (cerca de la mitad de las enviadas a toda la región).
Según el último reporte del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla), estos más de USD 17 mil millones benefician directamente a 11.1 millones de mexicanos, quienes recibieron un promedio mensual de USD 337 (6 mil 625 pesos al cambio actual).
La región del país con el mayor número de receptores de remesas fue Occidente y Bajío con 3.6 millones de adultos; es decir, el 33% del total. Los tres principales estados que más han recibido son Jalisco, Michoacán y Guanajuato.
Al respecto, AMLO ha destacado en más de una ocasión en sus conferencias matutinas que durante su gestión se ha roto el récord histórico de remesas. Incluso, considero como una medida muy favorable el anuncio del Gobierno Federal del programa “Remesa Paisano”, el cual, aseguró, facilitará el envío de remesas y sin comisión alguna para sus familiares.
Pero ¿es un logro de la autollamada “Cuarta Transformación” tener un histórico de estas transferencias enviadas por mexicanos en el extranjero?
Si bien estos recursos incrementan las posibilidades económicas de miles de familias que satisfacen sus necesidades básicas como la alimentación, la salud, la educación y el pago de deudas, también reflejan las fallas que existen en el mercado laboral mexicano.
Y es que contrario a la inversión extranjera, las remesas no reflejan la confianza del futuro en el país.
Raymundo Tenorio, profesor del Tecnológico de Monterrey, señaló durante una entrevista para Animal Político, que el aumento en las remesas tiene como factor la estabilidad del país desde donde se envían, en este caso Estados Unidos, que alberga a cerca de 38 millones de migrantes mexicanos, de acuerdo a datos oficiales.
“La economía estadounidense va muy bien, explica, lo que repercute en que los mexicanos allá tengan mayores ingresos, y por lo tanto la posibilidad de mandar más dinero hacia México”
En cambio, en México “va tan mal el ingreso”, que la gente pide más dinero a sus parientes en EEUU.
Por su parte, Arturo Huerta, doctor de posgrado de la Facultad de Economía de la UNAM, indicó al mismo medio que las remesas han generado una dependencia hacia EEUU, especialmente con la llegada de la pandemia de COVID-19, que ocasionó una crisis financiera, por lo que no puede ser tomada como un logro en cualquier ámbito de gobierno y opinión pública.
“Estamos sujetos a la economía y política de EU [...] La economía nacional ha sido insuficiente de crear empleo, y se abastecen de lo que envían en las remesas”
En otras palabras, el aumento de remesas respondería más a la mejora de la economía de EEUU o Canadá (segundo país con más migrantes mexicanos), y no a una acción del gobierno de López Obrador; de hecho, puede ser un síntoma de que la gente está necesitando más de un apoyo exterior.
“Está tan mal la economía que muchas regiones del país solo viven del dinero que envían los migrantes a sus familiares. Benditas remesas”, escribió el mismo AMLO en 2016, cuando era opositor del ex presidente priista Enrique Peña Nieto.
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