Edgar Guzmán López, el hijo mayor de Joaquín Guzmán Loera, fundador y cabecilla del Cártel de Sinaloa preso en los Estados Unidos, nació un 30 de mayo de 1986 y fue asesinado 21 años después, el 8 de mayo, en Culiacán, por supuestos sicarios de los Beltrán Leyva.
A partir de ese momento se construyó en en lugar de la muerte un monumento que 14 años después, no sólo se mantiene en pie, también es adornado cada fecha relevante en la vida del primogénito del Chapo.
Para prueba, un festejo más por el día de su cumpleaños en el que la herrería amaneció con cientos de arreglos florales con rosas tanto blancas como rojas que colgaban de todos los pilares alrededor del cenotafio.
Así, emularon también uno de los más grandes rumores del día de su funeral, cuando se dice que Joaquín Guzmán Loera estaba tan triste que mandó a comprar todas las flores de la ciudad para su hijo, dejando sin rosas a las madres el 10 de mayo.
Este se ha convertido en un punto destacable dentro de la colonia 6 de Enero en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, por los arreglos naturales que lo destacan en fechas como navidad, día de muertos o el aniversario luctuoso.
Además, es el recuerdo para la gente de uno de los momentos más violentos en la historia del narcotráfico en la entidad, no solo por la brutalidad de los hechos, también por lo que ello significó dentro de La Federación.
El asesinato de Edgar Guzmán
Edgar, el primogénito de Joaquín El Chapo Guzmán, acudió a un centro comercial del Desarrollo Urbano Tres Ríos el día 8 de mayo de 2008, donde fue alcanzado por un grupo de sicarios con la tarea de asesinarlo a tiros.
Las autoridades informaron que la refriega fue de aproximadamente 500 balazos en contra de Edgar y de sus primos César Ariel Loera y Arturo Meza Cázares, éste último hijo de Blanca Margarita Cázares, alias “La emperatriz”.
Fue la propia viuda de Guzmán, Frida Muñoz Román, quien informó que todo fue un ajuste de cuentas, pues detrás del asesinato estuvo el Cártel que lleva el nombre de sus fundadores, los hermanos Beltrán Leyva.
Esta muerte fue el clímax de una guerra que se desarrollaba al interior de la llamada Federación, entonces comandada por el propio Chapo Guzmán, Ismael “El Mayo” Zambada, Juan José Esparragoza Moreno “El Azul” e Ignacio “Nacho” Coronel.
El primer capítulo fue el asesinado de Rodolfo Carrillo Fuentes, hermano de Amado Carrillo, también conocido en el mundo del crimen organizado como El Señor de los Cielos, presuntamente por órdenes de Joaquín Guzmán Loera.
Meses más tarde cayó Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo en manos de la Agencia Federal de Investigación (AFI), a quienes tenían comprado los del Cártel de Sinaloa, por lo que se responsabilizó al Chapo de ello.
En venganza, los pistoleros del Cártel de los Beltrán Leyva acudieron al lugar donde permanecía el hijo del Chapo, y lo asesinaron a tiros, dándole entonces una de las muertes más violentas en el mundo criminal.
Otras versiones del asesinato
Existe, sin embargo, otra versión completamente a los hechos narrados, pues señala que fueron los mismos sicarios del Cártel de Sinaloa quienes equivocaron el blanco y terminaron asesinando al hijo de Guzmán Loera.
Supuestamente el Mayo Zambada pidió a su jefe de pistoleros, Gonzalo Inzunza Inzuza que matara a un joven apodado el Guacho, pero a las prisas, cometieron el error y asesinaron a Edgar Guzmán mientras compraba víveres.
A través de los radios que mantenía conectados a los miembros del Cártel se cruzaron datos, preguntas y órdenes. Los jóvenes fueron confundidos con los contrarios y se dio la orden de disparar.
El Macho Prieto, como se le conocía entre sicarios y narcotraficantes, fue finalmente abatido en 2013 por elementos de la Marina-Armada de México, luego de haberse ocultado tras el supuesto incidente.
Se le culpó de más de 80 asesinatos y en su momento fue fichado por el gobierno de Estados Unidos como uno de los delincuentes más peligrosos.
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