Bar Heaven: el día que 13 jóvenes fueron víctimas de la mayor matanza narco en la CDMX

Hace nueve años ocurrió un hecho que marcó un antes y un después en la Ciudad de México. Un evento que puso de manifiesto lo que las autoridades de la capital mexicana llevaban años negando: la presencia de cárteles en la CDMX

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Bar Heaven: una de las atrocidades más impactantes de la historia reciente (Ilustración: Jovani Pérez/ Infobae México)
Bar Heaven: una de las atrocidades más impactantes de la historia reciente (Ilustración: Jovani Pérez/ Infobae México)

Hace nueve años ocurrió un hecho que marcó un antes y un después en la Ciudad de México. Un evento que puso de manifiesto lo que las autoridades de la capital mexicana llevaban años negando: “En la ciudad no hay cárteles del narcotráfico, solo pequeñas pandillas”.

La mañana del 26 de mayo de 2013, trece personas —cinco mujeres y ocho hombres— que se encontraban de fiesta en el bar Heaven, en la Zona Rosa, fueron secuestradas y llevadas a un rancho en el municipio de Tlalmanalco, Estado de México.

De acuerdo con las pesquisas de la procuraduría capitalina, la mujeres fueron violadas y estranguladas. Los hombres fueron obligados a desnudarse antes de ser ejecutados a tiros. Al último que quedó vivo sus verdugos decidieron decapitarlo con una segueta.

El sanguinario crimen supuso la mayor matanza del narco en la Ciudad de México y una de las atrocidades más impactantes de la historia reciente. Las violentas muertes de Jerry, Said Sánchez, Josué, Aarón Piedra, Eulogio, Gabriela Téllez, Jennifer Robles, Monserrat Loza, Rafel Rojas, Gabriela Ruiz, Alan Omar, Guadalupe Karen Morales y Alan Francisco; sin embargo, no fueron más que la culminación de algo más profundo.

El trasfondo del caso del Bar Heaven va más allá de una serie de vendettas entre grupos criminales por el control de los territorios y la venta de droga en ciertos sectores de la capital. Aquella masacre supuso la confirmación de un nueva y devastadora realidad para la metrópoli más grande de América Latina, hasta entonces ajena a los horrores del narco y los hechos de extrema violencia que caracterizaban a los cárteles de la droga en el norte del país.

La fachada del Bicentenario Restaurante Bar y que en su interior se ubica el llamado after "Heaven" (Foto: Cuartoscuro)
La fachada del Bicentenario Restaurante Bar y que en su interior se ubica el llamado after "Heaven" (Foto: Cuartoscuro)

Las organizaciones delictivas que inauguraron este capítulo negro en la historia de la Ciudad de México fueron la Unión Tepito y la Unión Insurgentes y/o Los Pellejos. quienes el 18 de mayo habían llegado a un pacto bajo el amparo de Edgar Valdés Villarreal, La Barbie, que en ese entonces era uno de los mafiosos más buscados por la Policía Federal. El capo, recién enemistado de sus antiguos socios, los hermanos Beltrán Leyva, se había encargado de organizar una “junta” en Tepito con la intención de unificar a todos los grupos de narcomenudistas en un solo grupo.

Sin embargo, la captura poco días después de la Barbie, así como la fractura de los Beltrán Leyva, hicieron que el pacto se fuera deteriorando de a poco hasta terminar en una guerra abierta entre los dos grupos de narcotraficantes enemistados que operaban en el corazón de la capital.

El primer golpe, con el que se consumó la ruptura de La Unión, lo asestaron Los Pellejos la noche del 11 de enero de 2013. Los narcomenudistas César Rivero Martínez, de 17 años, y Felipe de Jesús Martínez Mendoza, afiliados a la Unión Tepito, fueron secuestrados en el bar Living de la Zona Rosa por la U de Insurgentes. Sus cuerpos aparecieron ese mismo día en la colonia Agrícola Oriental. El motivo del doble asesinato: estaban vendiendo droga en territorio que no le correspondía a su grupo.

Ese fue el inicio de una guerra entre narcotraficantes por un negocio en centros nocturnos que arrojaba entre 400 mil y 600 mil pesos en ganancias cada fin de semana. Los Pellejos, cuya sede principal estaba en la colonia Romero Rubio, al oriente de la capital mexicana, eran liderados por Agustín Cabrera Jiménez, alias El Antuán; mientras que la Unión Tepito en ese entonces estaba comandada por por los hermanos Francisco Javier Pancho Cayagua y Armando Hernández Gómez.

Pancho Cayagua (Foto: Twitter@siete_letras)
Pancho Cayagua (Foto: Twitter@siete_letras)

A raíz de lo del bar Living, Los Pellejos comenzaron a expulsar violentamente a todos los dealers de la Unión que vendían droga en el corredor Insurgentes, Zona Rosa y Condesa. El segundo golpe lo dieron el 20 de abril, cuando secuestraron a cinco narcomenudistas de La Unión Tepito en el antro Virtual Mix, en la colonia Tepeyac, alcaldía Gustavo A. Madero, sin que hasta el día hoy hayan sido encontrados los cuerpos; a pesar de que de los responsables confesaron que los asesinaron y enterraron en una fosa clandestina.

Dos días antes de la masacre del Bar Heaven, los de la Unión Tepito contratacaron por los asesinatos de sus integrantes a manos de Los Pellejos. Una decena de sicarios que obedecían a Pancho Cayagua golpearon y asesinaron a tiros a Horacio Vite Ángel, alias El Oaxaco, primo del Antúan, afuera del bar Black, en la esquina de Tamaulipas y Campeche. Hasta entonces no había ocurrido un hecho similar en la colonia Condesa, por lo que el caso fue muy sonado en varios sectores de la población capitalina, aunque todavía no terminaban de entender el nuevo fenómeno que se avecinaba.

La noche del 25 de mayo de 2013, algunas de las víctimas del caso Heaven se encontraban, aproximadamente a la una y media de la mañana, en el antro Crystal de la zona rosa, cuando los propios meseros los invitaron a ir al bar Heaven debido a que el lugar iba cerrar a las dos de la madrugada. Les prometieron que en ese lugar habría “mejor ambiente”. Una de las víctimas, identificada como Jennifer, publicó en su Facebook a las 8:38 de la mañana: “Vámonos con Tokyo aaaa heaven y seguimos en la party, venga (sic)”. Lo que no sabían es que Los Pellejos ya lo tenían todo planeado.

Aproximadamente a las 10 de la mañana del 26 de mayo las luces del bar Heaven se encendieron. En ese momento llegaron una veintena de tipos armados custodiados por una patrulla de la Secretaría de Seguridad Pública para hacer pasar el secuestro, en pleno paseo ciclista, como un falso operativo. Los jóvenes fueron llevados a la parte baja del antro donde les quitaron celulares, carteras y joyas. Enfurecido y fuera de sí, el hermano del Oaxaco se abalanzó contra uno de ellos, antes de noquearlo de un puñetazo, y le preguntó: “¿Qué pedo? ¿Quién mató a mi carnal? ¿Quién fue el que se pasó de verga?”.

Minutos después, los trece jóvenes, varios de ellos vecinos en el barrio de Tepito, fueron llevados en camionetas que no eran de la policía al Rancho de la Mesa en el Estado de México, donde todavía les esperaba lo peor. Lo más alarmante fue que al parecer los verdaderos objetivos, dos narcomenudistas identificados como El Toñín y El Barrigas, lograron escapar por la azotea del bar y que probablemente ninguno de los que mataron a Horacio Vite se encontraban ese día en el Heaven.

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