A pesar de que actualmente se sigue debatiendo sobre la ética de la tauromaquia, en México es una de las prácticas más antiguas. Tan solo en el país existen cinco estados que la prohiben, en la Ciudad de México se ha intentado acabar en diversas ocasiones con esta actividad.
El primer registro de una corrida de toros como espectáculo data del 24 de junio de 1526, es decir desde el virreinato. Se dice que fue una reverencia para Hernán Cortés, pues como esencia eran festividades para venerar a los santos, y fue en el culto a San Hipólito cuando el ejército de Hernán Cortés logró la conquista de Tenochtitlan.
De acuerdo con el autor José Francisco Coello Ugalde, el historiador taurino considerado como uno de los más importantes, la celebración se llevó a cabo en la Plaza del Marqués y se utilizó ganado de una casta criolla e indefinida pero útil para el propósito de ese tiempo.
Además afirmó que las corridas de toros en la Nueva España fueron reconocidas legalmente por las autoridades en 1529 cuando el presidente de la primera audiencia, Nuño de Guzmán, decretó el 11 de agosto de ese año que todos los años se honrara la fiesta de San Hipólito con la corrida de siete toros de los cuales dos se mataran. Y para celebrar el nombramiento de Antonio Mendoza, primer virrey de la Nueva España, se celebró otra corrida en 1535.
Para 1567 las corridas de toros se llevaron a cabo en la Plaza de Armas y en la Plaza del Volador ya que se inició con la construcción de la segunda catedral de la ciudad.
En uno de sus libros más conocidos, Novísima grandeza de la tauromaquia mexicana, explicó que el primer ganadero de México fue Hernán Cortés, fue así como los primeros ganados, de diversas variedades llegaron a Nueva España. Cortés desarrolló esta actividad en el valle de Toluca.
De igual manera escribió que durante los años 1700 y 1800 las corridas de toros se transformaron hasta dar con lo que conocemos ahora con el torero enfrentando al animal de pie, pues antes el espectáculo se realizaba con el torero montando al caballo.
Para el inicio de la Guerra de Independencia se conoció que Miguel Hidalgo y Costilla fue ganadero de toros, pues para ese entonces era considerada una tradición. Incuso se dice que Hidalgo, Allende y Aldama organizaron una corrida de toros en la plaza de gallos.
A pesar de la historia que se tiene con esta práctica, no es la primera vez que se han prohibido las corridas pues Francisco Coello indicó que por motivos administrativos entre los años 1867 y 1920 las corridas de toros fueron canceladas y prohibidas en México.
Presidentes como Benito Juárez y Venustiano Carranza prohibieron las corridas, Juárez lo hizo el 28 de noviembre de 1867 y Carranza el 7 de octubre de 1916 publicó un drecreto el cual duró hasta 1920 ya que las fiestas se realizaban de manera clandestina; incluso un grupo de aficionados se manifestó cada domingo en la Casa de Carranza.
A pesar de que hoy en día las corridas de toros se encuentren prohibidas en varios países como Costa Rica, Panamá o Argentina, México sigue siendo uno de los sitios donde se sigue debatiendo sobre la legalización de esta práctica. En Oaxaca por ejemplo se prohibieron desde el 4 de septiembre de 1826 en el gobierno de Díaz.
Recientemente en la Ciudad de México se indicó la suspensión provisional de eventos taurinos en la Plaza México mientras se resuelve la reanudación o por el contrario la prohibición definitiva.
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