El idioma español en México se ha modificado con el paso de los años. Y es que si bien el español llegó al país con la Conquista de México, que se consumó el 13 de agosto de 1521, el idioma se ha “mexicanizado” de alguna manera, pues se han añadido términos que originalmente no existían, y que incluso, existen en nuestro país, pero no en otros países en donde se habla el idioma.
Durante el Porfiriato, que fue un periodo de 30 años en el que estuvo en el poder el presidente Porfirio Díaz Mori, no fue la excepción, y al vocabulario se agregaron algunas palabras y frases. Fue durante esta época que se originó la palabra peyorativa “joto”, que se toma como una palabra ofensiva o inadecuada.
Al igual que la historia de Los 41, que trató sobre algunos hombres que fueron detenidos mientras tenían una fiesta travestidos, en donde se dice, estaba el yerno de Díaz, el origen de dicha palabra se da durante esa época.
El término, se dice, nació en el Palacio de Lecumberri, una infame prisión que fue inaugurada en 1900 por Díaz Mori, de la cual se cuenta, muchos de los internos terminaban con serios problemas de sus capacidades mentales debido a las terribles condiciones de vida que tenían dentro de la cárcel.
Como en cualquier otra prisión, Lecumberri estaba seccionado por pabellones y pasillos en donde eran alojados los delincuentes, dependiendo del delito que hubieran cometido. El pasillo de los criminales por robo, era el “A”; todos aquellos que cometían delitos no graves, eran encarcelados en las celdas ubicadas en los pasillos “B”; aquellos que cometieran delitos a un proceso corto iban al pasillo “H”; mientras que el pasillo “I”, era designado para comisionados distinguidos, y así se separaban con el resto de las letras del abecedario.
Se cuenta que, justamente, el pasillo que estaba marcado con la letra “J” era a donde se enviaba a las personas homosexuales, por lo que aquellos prisioneros que eran enviados a ese lugar, eran llamados “jotos”.
Como en muchas ocasiones pasa, la palabra salió de las paredes de Lecumberri y se fue popularizando poco a poco, y de esta manera, la comenzaron a usar las personas que no ese encontraban encarceladas para referirse a los homosexuales de la sociedad en general, y de esa manera fue que se le dio una connotación discriminatoria.
Historia de Lecumberri
La cárcel de Lecumberri, que se encuentra actualmente a unos metros de la Cámara de Diputados, en la Ciudad de México, y que ahora alberga el Archivo General de la Nación (AGN), fue inaugurada por el presidente Porfirio Díaz en el año 1900.
Fue erigida por los ingenieros Miguel Quintana, Antonio Torres Torija y Antonio M. Anza, quienes decidieron construirlo bajo el tipo de arquitectura carcelaria panóptica, patentada por el ingeniero inglés Jeremías Bentham.
El mencionado estilo consiste en construir una serie de pasillos que culminan todos en un punto y con una sola torre de vigilancia al centro, la cual era suficiente para estar al tanto del movimiento de cada interno.
Con ello, los prisioneros, que en un inicio eran 996, estaban sometidos a una fuerte presión psicológica que los llevaba a la locura, pues nunca tenían privacidad, y nadie sabía si estaban siendo vigilados por el vigía. Pero eso era el inicio de una serie de situaciones que hicieron de Lecumberri, la prisión más inhumana del país.
Poco a poco la cifra de internos fue subiendo, y en pocos años alcanzó los 3 mil 800, lo que derivó en que las celdas individuales fueran ocupadas por tres o más personas. A raíz del hacinamiento las autoridades carcelarias dejaron de poner atención en el mantenimiento de la prisión, después vinieron condiciones más insalubres y escasez de comida, lo que producía que los internos sufrieran desnutrición.
En las protestas de 1968, varios jóvenes que fueron capturados, fueron llevados ahí, y torturados. En el lugar también estuvieron algunas celebridades como José Agustín, José Revueltas, David Alfaro Siqueiros y hasta el cantante Juan Gabriel.
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