Prócoro Hernández Morales, El Calamardo, fue sentenciado a prisión vitalicia por su participación en la emboscada a policías estatales que resultó en el asesinato de cuatro agentes, ataque que fue comandado por José Dámaso Alpiza, El 47, operador de la Familia Michoacana en el poniente del Estado de México.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) dio a conocer que un juez mexiquense acreditó la participación del Calamardo en los hechos ocurridos en octubre del 2018 en el municipio de Almoloya de Alquisiras “donde cuatro elementos de la Secretaría de Seguridad Estatal (SSEM) murieron y seis más resultaron lesionados por disparos de armas de fuego”.
El ataque en contra de los elementos de seguridad mexiquenses ocurrió en la Sexta Manzana del municipio de Almoloya de Alquisiras, donde elementos de la Policía Estatal se encontraban realizando diligencias para “prevenir y detectar delitos ambientales”.
José Dámaso Alpiza, El 47, ordenó el ataque en contra de los uniformados debido a que se acercaron mucho a su territorio, el cual abarca el municipio antes mencionado, Sultepec, Texcaltitlán y Temascaltepec, entidades que se encuentran en el poniente del Estado de México.
El Calamardo ejecutó a los uniformados bajo las órdenes del 47 y acompañado de Daniel Avilés Anastasio, El Jarocho, y Edgar Morales Tranquilino, El Largo, detenido el 16 de mayo del 2019 en el poblado de la Unión ubicado en el municipio de Tlatlaya.
“Por estos hechos fue iniciada una investigación por los delitos de homicidio calificado y homicidio calificado en grado de tentativa”, informó la Fiscalía, además de asegurar que las diligencias derivaron en su detención y posterior ingreso al Centro Penitenciario y de Reinserción Social de Otumba, donde cumplirá su sentencia.
La emboscada en contra de los uniformados ocurrió el 29 de octubre del 2018 cuando los sicarios dispararon armas de fuego de largo calibre en contra de la patrulla en la cual se trasladaban los policías identificados como Benito Davila Villafaña, Jesús Jair Rojas Pichardo y Fernando Velázquez Mejía, quienes murieron en el lugar debido a los impactos de bala recibidos.
Maribel Cervantes Guerrero, la titular de la Secretaría de Seguridad mexiquense en aquel entonces, dio a conocer que la Fiscalía de la entidad se encargaría de esclarecer los hechos y dar con los responsables, además de pedir a los ciudadanos del estado a denunciar a presuntos implicados en el caso.
Días después del ataque, la Familia Michoacana le declaró la guerra a la Fiscalía del EdoMex mediante narcomensajes abandonados en Amatepec, los cuales aseguraron que “la guerra ha comenzado, se les hace saber a todas las demás dependencias de gobierno que la guerra no es contra ustedes, sólo es en contra de: FGJEM, asimismo, con todo lo que huela a fiscalía se les va a reventar toda su p**a madre”.
Por su parte, el líder de la célula criminal de la Familia Michoacana responsable de los ataques, José Damaso, El 47, fue detenido por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en un operativo ejecutado en conjunto con la Secretaría de Seguridad estatal en el municipio de Amatepec, lugar en el cual le fueron aseguradas las armas largas que presuntamente fueron utilizadas en las agresiones en contra de uniformados.
El 47 será procesado por los delitos de portación de armas de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas y del Ejército y narcomenudeo en su modalidad de suministro, por lo que fue ingresado a un centro de reclusión en la entidad, donde permanecerá cumpliendo su sentencia.
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