Agentes de la Fiscalía General de la República (FGR) desmantelaron un presunto narcolaboratorio de fentanilo dentro de una casa en la ciudad fronteriza de Tijuana, Baja California, donde aseguraron dosis del narcótico y equipo para sintetizarlo.
De acuerdo con el reporte oficial, este sitio fue detectado en la colonia Valle Verde, a cuatro kilómetros del muro que divide a México y el sur de Estados Unidos. Hasta ese punto arribaron elementos de la Policía Federal Ministerial y de la Agencia de Investigación Criminal en su Región Noroeste.
En el inmueble fueron asegurados 36 kilogramos de fentanilo, así como dos tableteadoras, una comprimidora, dos prensas hidráulicas con tres moldes metálicos y documentación diversa.
También decomisaron cuatro tambos de cartón que contenían una sustancia en polvo blanco, etiquetados con la leyenda metamizoles sodium, cuyo peso fue calculado en una aproximado de 93 kilogramos.
Las sustancias y el inmueble asegurados quedaron a disposición del Ministerio Público de la Federación (MPF), quien determinará lo correspondiente por la probable comisión de delitos contra la salud
La Administración del Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) ha indicado en reportes previos que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) como el Cártel de Sinaloa son los principales grupos criminales que fabrican pastillas de fentanilo desde México para enviarlas a territorio estadounidense. Tijuana es una de las fronteras más recurridas como ruta de paso.
De acuerdo con informes del Ejército, así como previos reportes de Infobae, los precursores químicos para producir el fentanilo provienen del continente asiático, particularmente de China. Arriban vía marítima a los puertos mexicanos de Lázaro Cárdenas, Michoacán, además de Manzanillo, Colima, y Mazatlán, Sinaloa.
Aunque el CJNG y el Cártel de Sinaloa envían cargamentos con pastillas del mortal opioide sintético, también mezclan el químico con otras sustancias como la cocaína en un esfuerzo por generar adicción y atraer compradores habituales.
Todd D. Robinson, subsecretario para Asuntos Internacionales de Narcóticos y Cumplimiento de la Ley del Departamento de Estado de EEUU, ha reconocido que los grupos del crimen transnacional han evolucionado para coordinar escasos transportes de la sustancia, pero con la ventaja de obtener un mayor impacto.
Con el nuevo mercado, se aprovechan de sintetizar la droga en empaques reducidos. Aunado a que el fentanilo es más rápido de producir y de transportar. Pocas sustancias generan mayor rentabilidad y sus daños son exponenciales.
Desde 2017, autoridades de Estados Unidos reportaron la crisis de salud pública por el incremento exponencial en muertes por sobredosis en el consumo del opioide sintético.
Como analgésico recetado puede disminuir el dolor, pero también puede generar adicciones debido a su potencia y cantidad consumida; por ejemplo, 33 kilogramos de la droga, podrían causar la muerte de más de 10 millones de personas.
De acuerdo con los datos más recientes de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), los fallecimientos relacionados con sustancias como el fentanilo se incrementaron de 58 mil a 71 mil casos en 2021.
La producción del opioide sintético ha aumentado exponencialmente en México durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, según los decomisos realizados por agentes federales que aumentaron aseguramientos 814% más de lo incautado en el periodo de Enrique Peña Nieto desde 2015.
A partir de 2018 hasta el pasado 27 de abril, se confiscaron 4 mil 469 kilogramos de fentanilo. En 2019 fueron asegurados 588 kilos de la sustancia, 247 kg más que el año anterior.
Para 2020, la cifra del gobierno federal casi se triplicó con 1.3 toneladas, mientras que en 2021 se aseguraron 2 mil 74 kilogramos más. Y en cerca de cinco meses de 2022 son 478 kilos.
El mapa establecido por las autoridades señalan que los criminales han producido o buscado el traslado por Chiapas, Ciudad de México, Jalisco, Querétaro, San Luis Potosí, Nuevo León, Durango, Sinaloa, Chihuahua, Coahuila, Sonora, Baja California y Baja California Sur. De ahí que la presencia se detectó en 13 estados, es decir, la mitad del territorio mexicano.
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