A pesar de que Antonio López de Santa Anna es uno de los personajes más controversiales de la historia de México y lo que más se conoce de el es que “vendió” la mitad del territorio mexicano, pero esto no fue del todo verdad. Sin embargo poco se habla de los grandes romances que tuvo a lo largo de su vida, pues el presidente se casó en dos ocasiones.
María Inés de la Paz García y Martínez Uzcanga fue su primera esposa, era hija de una familia emigrada de España y su unión con el general López de Santa Anna fue en agosto de 1825. En el libro Santa Anna of Mexico de Will Flower se mencionó que ella tenía tan solo 14 años y el matrimonio se realizó por conveniencia, de hecho señaló su matrimonio como “con falta de amor y entusiasmo”.
Este matrimonio dejó cuatro hijos: Guadalupe, María del Carmen, Manuel y Antonio quien murió a los cinco años de edad. Inés enfermó gravemente y murió en agosto de 1844 y fue inhaumada en la capilla de Nuestra Señora de Guadalupe en la Catedral de México. A pesar de su muerte, el general López de Santa Anna no guardó luto y contrajo nupcias nuevamente tan solo 40 días después.
María de los Dolores Diega Ignacia Tosta Gómez nació en la capital de México en 1826; en octubre de 1844 fue forzada por su familia para casarse con Antonio López de Santa Anna quien acababa de enviudar, por lo que la unión fue un escándalo social ya que no realizaron las costumbres y etiquetas sociales establecidas de la época, como lo es el luto.
La celebración se realizó el jueves 3 de octubre de 1844 en el salón principal del Palacio Nacional, cabe destacar que Dolores era 32 años menor que Santa Anna, sin embargo fue considerada el gran amor del presidente. El matrimonio vivió en periodos en su hacienda ubicada en Xalapa Veracruz y también en el Palacio Nacional.
A pesar del enojo que tenía el pueblo mexicano por la pérdida de Texas, en 1853 Santa Anna se convirtió en presidente de México y por lo tanto Dolores fue primera dama. Dos años después, tras la Revolución de Ayutla, Santa Anna y Dolores partieron al exilio además de que todos sus bienes fueron embargados.
En 1874 Dolores Tosta logró que pudieran regresar del exilio tras resguardarse en la amnistía del general Sebastián Lerdo de Tejada y con la fortuna heredada de su familia pagó las deudas de López de Santa Anna, se dice que vivieron juntos en la antigua calle de Vergara, hoy llamada Bolívar número 14.
El matrimonio vivió sus últimos días hasta que el 21 de junio de 1876 López de Santa Anna murió a causa de una diarrea crónica aguda, además de que ya casi estaba sordo y ciego por cataratas que no quiso operarse. Diez años después, el 11 de agosto de 1886 Dolores falleció de igual manera en la casa ubicada en Bolívar y fue enterrada junto al general López de Santa Anna.
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