La Ciudad de México ocupa el primer lugar a nivel nacional en la incidencia del delito de trata de personas, de acuerdo con el informe presentado esta semana por la Secretaría de la Defensa Nacional, a cargo del general Luis Crescencio Sandoval en conjunto con la Jefa de Gobierno, Claudia Sheimbaum.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en lo primeros tres meses del 2022 se reportaron 36 casos de trata, de los cuales 13 corresponden a enero, 10 en febrero y 13 en marzo. No obstante, la suma de estos tres meses representa la mitad de los 70 casos registrados en todo 2021.
El martes 17 de mayo, Claudia Sheinbaum destacó que en los últimos años los delitos de gran impacto disminuyeron en la capital mexicana, tales como homicidios dolosos, secuestro y robo de vehículo con violencia, con lo que esta urbe dejó de ocupar los primeros sitios en el ranking nacional, sin embargo, en materia de explotación sexual aún enfrenta un importante reto.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) señala que las principales víctimas de la trata son niños, niñas y mujeres, que en gran medida sufren la explotación sexual.
Estudios alrededor de este delito permiten saber que los tratantes tienen varias estrategias, entre ellas: realizar ofertas de trabajo que no son ciertas o sólo lo son en parte. Prometer que van a hacer realidad los sueños de las víctimas, como convertirlas en modelos o actrices. También suelen hacer creer a las víctimas que las van a ayudar a cruzar la frontera de algún país.
Otro de los métodos recurrentes dentro de nuestro país, particularmente en estados con altos niveles de marginación, como Guerrero, Puebla, Oaxaca, Chiapas y Tlaxcala, consiste en enamorar o proponerle matrimonio a la víctima. En algunos casos también recurren al secuestro o comprar a la víctima de alguna otra persona, incluso de algún miembro de su familia.
Agrega que los lugares donde se puede encontrar a personas sometidas a esta práctica es en clubes nocturnos, bares, restaurantes, hoteles, o establecimientos de masajes.
Ahora, aunque la Ciudad de México ocupa el primer sitio por ahora, este es un problema que se extiende por territorio nacional y su complejidad es aún mayor debido a que se encuentra fuertemente ligada al tráfico de migrantes, pues nuestro país en una zona de tránsito para personas de Centroamérica, África y Asia en su intento de llegar a los Estados Unidos. Esta situación es aprovechada por grupos criminales para someter a mujeres y niñas para hacerlas víctimas de la explotación sexual.
Un problema para México
De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas para el Control de las Drogas y la Prevención del Delito (ONUDD), México es un país de origen, tránsito y destino de la trata de personas en cuestiones de explotación sexual y trabajo forzado.
Documentos de las CNDH sobre esta materia señalan que el problema de la trata de personas tiene como raíces la impunidad y la corrupción. Agrega que en muchas ocasiones dicho fenómeno se encuentra vinculado a los flujos migratorios, la pobreza y la delincuencia organizada.
En México existe la Ley Para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas (LPSTP). Además, en la actualidad 16 entidades federativas cuentan con leyes especiales en la materia a partir de que Baja California se convirtió en el primer estado en adoptar una ley sobre trata en 2008. Sin embargo, todavía falta que muchos estados promulguen la legislación correspondiente que garantice una mayor protección para las víctimas de la trata de personas.
La Ley General en esta materia estipula que toda acción u omisión dolosa de una o varias personas para captar, enganchar, transportar, transferir, retener, entregar, recibir o alojar a una o varias personas con fines de explotación se le impondrá de 5 a 15 años de prisión y de un mil a veinte mil días multa.
Así manipulan a las víctimas
- Con violencia física, psicológica o sexual.
- Amenazándolas con denunciarlas ante las autoridades para que las deporten (en caso de ser inmigrantes indocumentados).
- Reteniendo sus identificaciones, documentos y/o dinero.
- Privándolas de su libertad.
- Amenazándolas con hacerle daño a sus familiares.
- Utilizándolas al hacerles creer que tienen que trabajar para saldar alguna deuda.
- Creando relaciones de dependencia mediante el suministro de drogas o alcohol.
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