Luego de más de dos dos años crisis sanitaria, la competitividad de las entidades federativas del país siguen mermadas ante las pocas acciones de recuperación a nivel local, de acuerdo con la edición 2022 del Índice de Competitividad Estatal (ICE) del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Valeria Moy, directora del instituto, indicó este martes durante la presentación del informe que si bien históricamente la región sur-sureste del país se ha colocado como la más rezagada, con el COVID-19 y la serie de factores económicos el escenario cambió, ya que se debilitaron todos los estados.
“El ICE 2022 llega, una vez más, como una herramienta para visibilizar los avances y retrocesos en el camino de la recuperación y el desarrollo sostenible en las 32 entidades del país (…) Sin políticas específicas que fomenten el empleo de calidad, no se pueden crear estados más competitivos”
De acuerdo con los resultados de la edición 2022, los 10 estados que mejoraron fueron: Coahuila, Baja California Sur, Tamaulipas, Nayarit, Durango, Campeche, Colima, Tabasco, Tlaxcala y Chiapas; mientras que los 11 que retrocedieron fueron: Querétaro, Sinaloa, Chihuahua, San Luis Potosí, Guanajuato, Quintana Roo, Estado de México, Puebla, Zacatecas, Michoacán y Oaxaca.
Asimismo, hubo 11 que se mantuvieron igual: Ciudad e México, Nuevo León, Jalisco, Aguascalientes, Sonora, Yucatán, Baja California, Hidalgo, Morelos, Veracruz y Guerrero.
De los cambios más significativos destaca Querétaro, que salió de los primeros tres mejores lugares del ranking, al pasar de la posición 3 a la 4. “Esto se debe a que, entre otras cosas, la brecha salarial entre mujeres y hombres se amplió 6 puntos porcentuales (de 13 a 19%)”, sostuvo Moy.
En tanto, Michoacán pasó de la posición 26 a la 29 y su nivel de competitividad pasó de media baja a baja; se duplicó el costo de la inseguridad y el delito, que pasó de 3 mil a más de 7 mil pesos por persona.
Zacatecas tuvo un deterioro en términos de desigualdad salarial y carga aérea de mercancías, además de que aumentó 38% los homicidios dolosos (67.9 por cada 100 mil habitantes), lo que, aunado a otros elementos, ocasionó un descenso del lugar 25 al 28.
Otro punto a destacar es que si bien la Ciudad de México nuevamente se estableció en el primer lugar del ICE, no ha recuperado los empleos perdidos por la pandemia.
“Una de las situaciones que hoy preocupan por su profundo y generalizado impacto en la vida de millones de mexicanos es la recuperación del mercado laboral, que en muchos aspectos aún es incompleta y desigual”
Mención aparte Tabasco, que tuvo una mejoría en la productividad total de los factores, y también redujo el robo de vehículos; subió de la posición 29 a la 23.
También resalta nuevamente la falta de abandono hacia el sureste, ya que Guerrero permanece como la entidad menos competitiva desde el ICE 2010; en ese mismo nivel están Chiapas y Oaxaca.
“Es en dicha región donde se concentran los obstáculos más significativos para el desarrollo, particularmente la prevalencia de altos niveles de pobreza, bajo grado de escolaridad y poco acceso a la salud. Guerrero ha ocupado la posición 32 del índice en 10 ocasiones de los últimos 10 años del ICE, puesto que ha carecido de las políticas públicas enfocadas en subir la calidad de vida, desarrollar la infraestructura necesaria y procurar un gobierno eficiente y transparente”, refiere el análisis.
Evaluación
Valeria Moy recordó que el ICE tiene como objetivo base entender la capacidad de las entidades para generar, atraer y retener talento e inversión.
Se encuentra compuesto por 72 indicadores clasificados en 10 subíndices: Derecho, Medio ambiente, Sociedad, Sistema político, Gobiernos, Mercado de factores, Economía, Precursores, Relaciones internacionales, e Innovación.
A partir de su evaluación se otorga una calificación que entra en una categoría de competitividad: muy alta (el puntaje se encuentra a dos o más desviaciones estándar por encima de la media), alta (las calificaciones se encuentran entre una y dos desviaciones estándar por encima de la media).
Sigue la competitividad media-alta (hasta una desviación estándar por encima de la media), media-baja (hasta una desviación estándar por debajo de la media), baja (entre una y dos desviaciones estándar por debajo de la media) y muy baja (dos o más desviaciones).
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