Se trata de una red de túneles de casi nueve kilómetros, hoy en día representan uno de los atractivos más importantes del estado de Guanajuato junto al Callejón del Beso y las momias del estado, pues es uno de los patrimonios culturales más reconocidos de México. La razón de su construcción: el cauce del Río Guanajuato que pasaba por debajo de la ciudad, lo que provocaba que durante la época de lluvias se elevara y la población sufriera de inundaciones.
Entre 1541 y 1546 se encontró mucha plata alrededor de la cañada que hoy es Guanajuato, por eso se asentó una población dedicada a la minería y poco a poco fueron construyendo todo lo necesario para el proceso de la extracción de este mineral. La mina más importante era La Valenciana que después de haber sido una fuente muy grande de plata, tuvo que cerrar por seguridad y por falta de recursos.
La población al encontrarse el problema del desborde del río decidió elevar las paredes perimetrales de este y así evitar mas inundaciones. Todo lo que quedó por debajo de la barda quedó enterrado como el Antiguo Convento Dieguino, el cual se encuentra entre las murallas creadas para proteger a la ciudad y fue redescubierto en 1996.
Algunos de los túneles mas conocidos son El Pípila, El Minero, La Galereña, así como la calle El Padre Belauzarán. En general se podrían dividir en dos tipos: los túneles antiguos y los modernos.
El problema de las inundaciones se solucionó hasta que después vino el inicio de la guerra de Independencia de México donde el 28 de septiembre de 1810 el Ejército Insurgente entró a Guanajuato para tomar la ciudad, provocando una masacre primero en la Alhóndiga de Granaditas y después continúo por tres días con el resto de la ciudad.
Después de esta guerra el país cayó en una crisis económica, provocando que la explotación minera disminuyera y las inundaciones continuaran en Guanajuato en el siglo XIX. Hasta la llegada de Porfirio Díaz fue cuando la ciudad comenzó a prosperar, se construyó el Teatro Juárez, el mercado Hidalgo y el túnel del Coajín.
El túnel más viejo de todo el estado es El Cuajín o túnel Porfirio Díaz, el cual se empezó a construir el 4 de junio de 1883, después fue suspendido en 1885 y se terminó el 15 de septiembre de 1908; cuenta con una longitud de mil 162 metros de largo y siete metros de diámetro se construyó con la misión de desembocar el río, conecta desde la Hacienda de San Agustín hasta el Mercado de Embajadoras.
Después del desarrollo de la ciudad que tuvo por el gobierno de Porfirio Díaz se tuvo que buscar la solución para el creciente tráfico vehicular así que siguieron construyendo túneles como los que hicieron para las inundaciones. El Minero y La Galereña fueron los primeros en construirse con ese propósito.
El Ingeniero Estanislao Zárate Lujano de la Universidad de Guanajuato explicó que aproximadamente en 1979 se empezaron a construir los primeros túneles para uso vial, como el de Los Ángeles. El último que se hizo fue el túnel Diego Rivera el cual es el más grande que se ha hecho en la ciudad.
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