Luego de que dos aviones estuvieran en riesgo de tener un accidente en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México (AICM), aerolíneas mexicanas acordaron con el Gobierno de México el traslado de aproximadamente 60 rutas al nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) construido e impulsado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Lo anterior fue presentado por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), y se refiere a que las líneas comerciales Volaris, Viva Aerobús y Aeroméxico, aceptaron trasladar varias de sus rutas desde el AICM al AIFA.
En este sentido, Aeroméxico aceptó migrar 30 rutas, Volaris 20 y Viva Aerobús 10, de acuerdo a lo que informó el subsecretario de la SICT, Rogelio Jiménez Pons, decisión que fue criticada por los miembros de la oposición, quienes llegaron a considerar que el AIFA es tan poco funcional, que se tuvo que orillar a este trato.
Al respecto, el periodista Raymundo Riva Palacio reveló en su más reciente columna para Ejecentral que todo lo relacionado con el acuerdo para trasladar vueltos hasta el AIFA es un “traje cosido en Palacio Nacional” para “darle gusto” al presidente de México, la verdad es que detrás hay algo peor.
Aclaró que el diálogo entre las aerolíneas y el gobierno de México fue más bien una “respuesta al desastre propiciado por ellas mismas”, avalados por las decisiones del director del Aeropuerto, Carlos Morán, a quien tildó de “incompetente”.
El también escritor aclaró que se trata de una de las más grandes crisis en la historia del AICM, pero podría ponerse peor en la medida que avanzan los meses, por lo que podríamos encontrar más saturación, demoras, horas perdidas, incidentes, así como un posible desastre por negligencia.
Como los presuntos responsables, señaló al director Morán, así como a los responsables detrás de la aerolínea, pues el primero dejó que los segundos “gobernaran el aeropuerto”, a través de la organización de operaciones, pues a través de una circular impuesta por Enrique Peña Nieto, las aerolíneas se arreglan “conforme a sus necesidades”.
Explicó Riva Palacio que gracias a ello, cerca de mil 250 vuelos que circulaban por 24 horas, con cerca de 52 vuelos por hora, se convirtieron en mil 250 vuelos en 16 horas, con cerca de 62 vuelos hora después de la pandemia por COVID-19. La misma cantidad en menos horas, donde se recortaron horarios nocturnos y aumentaron las horas picos.
Lo anterior, aunado a otros problemas de infraestructura dentro del Aeropuerto como los hundimientos en la Terminal 2, construida por el gobierno de Vicente Fox, así como un edificio con trabes fracturadas, o cimientos adecuados para su operación, problemas en la Terminal 1 por la presión del Cerro del Peñón.
Por ello, concluyó que si bien trasladar las operaciones del AICM al nuevo Aeropuerto Felipe Ángeles no resolverá los problemas en la Ciudad de México, es una oportunidad para que el Gobierno acabe con la autorregulación y recupere el control de la programación de vuelos.
Y aunque el periodista auguró que podría tratarse de un movimiento difícil por parte de las autoridades, y los problemas seguramente continuarán, es un buen comienzo para “caminar en la dirección correcta hasta solucionarlos”.
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