La oportunidad y valentía de unos pilotos que subieron a redes sociales el video de un incidente ocurrido el sábado 7 de mayo en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, abrieron la coyuntura para que México y el mundo supieran y entendieran la magnitud de lo que quienes nos conformamos como el colectivo ciudadano “Más Seguridad Aérea, Menos Ruido”, denunciamos pública y dilatadamente desde octubre pasado.
Una aeronave tuvo que irse al aire como comúnmente se le conoce a un aterrizaje fallido, debido a que la pista donde estaba contemplado su descenso, era ocupada por otro avión de la misma aerolínea. El escándalo provocó la renuncia del director de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam) y que desde el sector oficial se atribuyera a un “error humano”.
Sin embargo, el incidente no es una casualidad, sino todo lo contrario. Es una falla estructural donde la ideología y la política se han impuesto a la técnica y a la razón. Las dos primeras, le han cerrado la puerta a las segundas y cualquier debate sobre el tema se ha convertido en un soliloquio gubernamental, porque simplemente no existen rendijas para poder hacer llegar la información de talla científica a los hacedores de las políticas públicas. La orden fue hacer espacio al nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y la respuesta fue como la de aquella vieja anécdota, cuando el alto mandatario le preguntó a su ayudante: ¿Qué hora es? Y la respuesta fue: “La que usted diga, señor Presidente”.
Quienes conformamos el colectivo “Más Seguridad Aérea, Menos Ruido” y decenas de organizaciones vecinales en el Valle de México hemos denunciado a través de cartas abiertas, ruedas de prensa, redes sociales y también ante las autoridades jurisdiccionales correspondientes, como también en las instancias institucionales del sector aéreo del país sobre el riesgo debido al nuevo diseño. No es sólo por un factor de carácter humano, llámese el extitular del Seneam, Víctor Manuel Hernández Sandoval o los controladores que estaban de turno al momento del incidente. No. Porque no ha sido un único incidente, sino más de 30 en el año y un mes de haber puesto en operación el rediseño del espacio aéreo del Valle de México, casi 1.2 incidentes por mes.
El escándalo ocasionado por el riesgo de colisión de la noche del 7 de mayo en el aeropuerto de la capital mexicana provocó la realización de mesas de trabajo en la Secretaría de Gobernación de México, encargada de la política interna, y no en la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, cabeza del sector aeronáutico del país. Son mesas de trabajo de carácter político, pero no técnicas, donde se ha omitido la participación no sólo de los vecinos que somos afectados, sino también las representaciones de los controladores aéreos y los pilotos, piezas clave, por su experiencia, para la generación de las mejores condiciones de vuelo en el espacio aéreo del Valle de México, ya que ellos son los que operan cada día, mientras que el rediseño lo hicieron desde los escritorios.
Desde el inicio de la operación de las nuevas rutas denunciamos la posibilidad de accidentes graves porque las rutas fueron desplazadas hacia el poniente del Valle de México, una zona de cerros 400 o 500 metros más alta que el resto del valle. Además, se introdujo otra zona de aproximación por el sur de la Ciudad, también cercana a los cerros, incrementando la zona de vuelo de 68.4 km2 a 113 km2, así como pasó de 1 millón 250 mil 854 personas afectadas por el ruido y en riesgo por un accidente, a 2 millones 444 mil 503 personas.
También advertimos, de acuerdo con nuestros expertos asesores que, a partir de la entrada en funcionamiento del rediseño del espacio aéreo en el Valle de México, tal redefinición generó rutas más largas, demoras en el aire y en los aeropuertos de origen cuando viajan a la Ciudad de México y, por consiguiente, un caos absoluto para salir o para ingresar al AICM.
En coincidencia con nuestras anteriores denuncias, el 6 de mayo la Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos de Líneas Aéreas (IFALPA) emitió una alerta a sus agremiados por los incidentes ocasionados por el rediseño el espacio aéreo, al registrarse constantes alertas por acercamientos de aviones con los cerros, desvíos por demoras excesivas y aeronaves que aterrizan con poco combustible debido a que les obligan a dar vueltas para enfilarse a la cadena de aterrizaje.
Por este motivo, sin dejar de lado la búsqueda de un diálogo que hasta el momento ha sido infructuoso con el gobierno de la República y las autoridades aeronáuticas, quienes han hecho oídos sordos a nuestras advertencias y peticiones, el colectivo ciudadano “Más Seguridad Aérea, Menos Ruido”, hemos decidido generar una campaña de concientización internacional y nacional a través de embajadas de otros países, las líneas aéreas y sus usuarios, medios de información y comunicación, así como a los ciudadanos afectados y público en general, sobre los riesgos cada vez más frecuentes de volar en el espacio aéreo de la Ciudad de México.
* Más Seguridad Aérea, Menos Ruido es un colectivo ciudadano que denuncia las irregularidades y quejas de vecinos de 150 colonias del Valle de México sobre el espacio aéreo y el ruido excesivo
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