Alejandra tiene nueve años, cursa tercero de primaria y “con muchísimo esfuerzo logra leer y escribir porque dice que ‘se le olvidó todo’” durante el periodo de distanciamiento social ante la pandemia por COVID-19.
“Me decía ‘Es que ya se me olvidó’, ‘es que eso no me sale’, ‘es que esa letra es nueva’ y yo creí que necesitaba lentes, pero cuando la llevé (a revisión), me dijeron que veía muy bien y entonces la verdad la regañé feo hasta que me gritó ‘es que lo de la tele está aburrido porque ya lo vi’, pero yo le decía ‘Y si ya lo viste ¿Por qué no lo haces?’, pero ella solo se ponía a llorar toda la tarde y aunque despertara bien, cuando ya tocaba ver el programa (Aprende en casa) le entraba otra vez su crisis de arrinconarse hasta que mejor la dejaba sola y no le decía que ya era hora”, relató a Infobae México la mamá de la estudiante.
La suspensión temporal de las clases presenciales por la pandemia de coronavirus tuvo efectos que van desde conflictos emocionales hasta deficiencias educativas. En muchos casos, estudiantes de los primeros años de primaria no lograron aprender a leer y escribir hasta que comenzó el modelo híbrido de educación y posteriormente regresó la asistencia obligatoria a las escuelas.
De acuerdo con Aprendizajes Clave Para la Educación Integral, un niño o niña debe saber “comunicar sentimientos, sucesos e ideas de manera oral y escrita” al terminar la primaria. Sin embargo, en los primeros dos años “los alumnos afrontan el reto crucial de aprender a leer y escribir”; en el escenario de la pandemia, la educación a distancia se convirtió en un factor que volvió más difícil el proceso.
Rocío Juárez expresó a este medio que su hija tuvo un repentino olvido de la lectura y escritura en medio de la pandemia por coronavirus, provocando angustia, preocupación y problemas que solo se solucionaron con el regreso a clases presenciales en formato híbrido hacia agosto de 2021. “Fue como si en tercero de primaria hubiera vivido primero otra vez, pero le cuesta mucho trabajo todavía”, mencionó.
De acuerdo con la madre de familia, su hija “olvidó” las habilidades esperadas para su edad y grado por cambios en la programación de Aprende en Casa, pero también por la mudanza de sus primas a otro estado y el hecho de que el ciclo escolar 2020-2021 comenzó totalmente en la modalidad a distancia.
“Ale entró (a primero de primaria) sabiendo leer palabras sencillas y se había aprendido el abecedario desde kínder, en primero ya escribía recados y frases, la cosa es que se fueron sus primas y nos empezó a decir que ‘se le olvidó todo’ cuando pasó a segundo, porque en el Aprende en Casa le ponían unos repasos y siento que la deprimió sentirse otra vez pequeña”, mencionó su mamá.
El cambio al que se refiere Rocío Juárez es la transición de Aprende en Casa I (20 de abril al 5 de junio de 2020), que fue para concluir el ciclo escolar hasta Aprende en Casa II (24 de agosto al 18 de diciembre de 2020), que se grabó y diseñó para iniciar un ciclo escolar totalmente a distancia, en el caso de Alejandra, fue segundo de primaria.
En conversación con Infobae México, la mamá de Alejandra explicó que incluso contempló la idea de que su hija repitiera el ciclo escolar, pero se retractó por la edad de la niña, quien habría tenido que cursar segundo de primaria con nueve años mientras que la mayoría de sus compañeros tendrían apenas siete.
Las clases en línea y otras estrategias
Desde el principio, la SEP aclaró que tanto docentes como familias podían decidir entre seguir el programa Aprende en Casa, establecer clases en línea, crear sus propias actividades a partir de los programas de estudio, resolver cuadernillos de actividades o realizar cualquier otra acción que ayudara al estudio.
Hacia agosto de 2020, docentes de muchas escuelas ya habían tenido oportunidad de organizar sesiones sincrónicas y decidieron dejar de lado la estrategia Aprende en Casa, sin embargo, el panorama de aprendizaje no fue mejor. Dairy también cursaba primero de primaria cuando se suspendió la presencialidad por la pandemia de coronavirus, pero en su plantel se implementaron las clases en línea.
Arianda Sánchez, mamá de la estudiante, compartió a Infobae México que las clases por videollamada “no cumplieron su objetivo”, ya que Dairy “llegó muy baja de conocimiento” a tercero de primaria en modalidad presencial y aunque ya sabía leer, se le dificultó fortalecer esta habilidad.
En 2020, cuando comenzó la pandemia, Yeray entró a primero de primaria y tenía seis años; en su escuela se implementó resolver las actividades de Aprende en Casa además de clases en línea y actividades enviadas por la profesora; pero en determinado momento, su familia decidió asignarle tareas y trabajos de acuerdo a las necesidades particulares que tenía.
“En Aprende en casa veían las cosas a un ritmo, pero él tenía su propio ritmo y era importante ir viendo cómo iba aprendiendo, el avance que iba teniendo y deternos, porque eso permitía que repasáramos alguna letra, por ejemplo (Yeray) confundía la “D” con la “B” y ahí yo tenía que hacerle más ejercicios”, mencionó Mayda Ramírez a Infobae México.
El regreso a clases presenciales
Actualmente Yeray tiene siete años y cursa segundo de primaria, ciclo escolar que comenzó con el modelo híbrido y actualmente ya tiene asistencia todos los días a la escuela.
Su mamá comentó a este medio que aprendió a leer por el apoyo en casa y no tanto por los ejercicios asignados por parte de la escuela. Sin embargo, admitió que “la maestra fue muy comprometida porque se tomaba el tiempo para enviar las actividades y dar instrucciones específicas para que los alumnos practicaran la escritura de su nombre”.
Cabe señalar que Mayda se dedica a la docencia y pudo apoyar a Yeray desde un punto de vista profesional, ventaja que se vio reflejada al volver a clases presenciales: “La misma maestra en alguna reunión expresó que tenía un grupo ‘bien disparejo’, tenía alumnos ya en segundo grado que no sabían ni leer ni escribir, otros que apenas comenzaban y otros que ya estaban muy adelantados”, mencionó a este medio.
La profesora de nivel bachillerato compartió con Infobae México la percepción de Yeray, quien en sus propias palabras, se dijo afectado por el desnivel de sus compañeros y compañeras:
“Mami, mi maestra atiende a los niños que no saben leer y yo me quedo ahí un tiempo no sabiendo qué hacer”, expresó en algún momento el pequeño de siete años a su mamá. De esta manera, queda en evidencia que en muchos casos, la falta de aprendizaje puso en desventaja a muchos niños, pero también dejó “relegados” a quienes ya saben, pues no hay un avance uniforme en cada grupo.
Los compañeros de estudio durante la pandemia
En general, estudiar desde casa durante la pandemia obligó a millones de menores de edad a aprender, descansar y jugar en el mismo espacio, lo que provocó estrés y frustración entre ellos, sus familias y docentes.
Rocío Juárez notó que en las primeras semanas de segundo de primaria, Alejandra dejó de ser “hiperactiva y feliz” para convertirse en “una niña más callada, sensible y demasiado voluble”, pues compartió a este medio que cualquier observación sobre su tarea, la frustraba toda la tarde sin que pudiera calmarse. Por otra parte, Arianda Sánchez detectó que Dairy tuvo un aprendizaje muy bajo “porque no ponía atención y había muchas distracciones”.
Un caso contrario fue el de Jhonatan, quien estaba en tercero de primaria cuando se suspendieron las clases: “Creo que fue una excepción, yo veía que todos se quejaban en el grupo de WhatsApp de papás donde estaba y ‘nadie aprendía nada’, pero a él si le gustaba porque tenía muchos compañeros”, explicó a este medio Thiago González, el hermano mayor del niño que actualmente está por cumplir 12 años.
En conversación con Infobae México, Thiago explicó que cuando comenzó la pandemia, él no estaba estudiando y se vio obligado a “supervisar” a ocho niños y niñas, quienes únicamente hicieron las actividades de Aprende en Casa durante el periodo de confinamiento.
“En casa teníamos nuestra propia escuelita porque estaban sus primas, mis otros dos hermanos de secundaria y un vecino que empezó a quedarse porque a su familia le dio coronavirus y casi terminó viviendo aquí unos seis meses junto con sus propios hermanitos, todos de primaria”, expresó a este medio.
Aunque Thiago considera que la estrategia Aprende en Casa fue eficaz, sostiene que los hermanos de su vecino (de 5 y 6 años) no hubieran aprendido a leer, escribir y contar si los mayores no hubieran estado ahí para apoyar. “En el caso de los niños que yo vi, fue como si nunca hubiera habido clases en línea porque tenían su propio grupo”, mencionó.
Aprende en Casa: amplio alcance pero sin contemplar lo individual
La Estrategia Aprende en Casa fue presentada por la Secretaria de Educación Pública (SEP) el 23 de marzo de 2020, se trataba de difundir cápsulas, clases, videos con experimentos y sugerencias de lecturas para cada grado escolar del nivel básico; también se asignaban actividades a los estudiantes para que una vez resueltas, fueran enviadas por vía electrónica a los profesores para ser evaluadas.
El propósito de estas clases y tareas era “brindar el servicio educativo de tipo básico a través de la televisión, internet, radio y Libros de Texto Gratuitos a niñas, niños y adolescentes para garantizar su derecho a la educación aún en contextos de emergencia” como lo fue la enfermedad provocada por el virus SARS-CoV-2.
De acuerdo con el Informe de Resultados 2020-2021, Aprende en Casa logró expandirse hasta el 20 de julio de 2021 con al menos 444 programas de radio en 15 lenguas indígenas, 332.5 millones de visitas en su sitio web, más de 5,100 programas por televisión y 11.5 millones de cuentas de Google Classroom activadas para estudiantes.
Además, las ediciones Aprende en Casa II y III recibieron el Reconocimiento de Buenas Prácticas en el Uso de los Resultados de Monitoreo y Evaluación en el Ciclo de las Políticas Públicas 2020, por parte del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).
Sin embargo, la gran difusión y alcance de Aprende en Casa solo habría evitado preocupantes niveles de atraso o deserción escolar; es decir, como programa cumplió su objetivo, pero en lo particular, no generó interés por estudiar y en muchos casos, el aprendizaje ni siquiera logró permanecer en las mentes de los estudiantes como una base para otros niveles escolares.
Por otra parte, la especialista en pedagogía Ana Martínez explicó a este medio la posibilidad de que las familias “no hubieran tomado en serio” la estrategia de Aprende en Casa y por eso los resultados se habrían visto afectados.
“También influyó el hecho de que todos teníamos la esperanza de que no durara demasiado la pandemia, se le restó importancia desde casa y nunca se le vio como una estrategia definitiva, siempre se contempló la posibilidad de subsanar el conocimiento o el aprendizaje cuando regresáramos a la normalidad”, mencionó la especialista de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) a Infobae México.
Cabe recordar que la falta de conectividad, los casos positivos a COVID-19 e incluso el fallecimiento de familiares fueron factores determinantes, pues en muchos hogares no había posibilidad de darle prioridad al estudio.
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