A lo largo de la Historia de México han habido muchos personajes importantes que han destacado en su época. Durante la época prehispánica, por ejemplo, destacó la presencia de los tlatoanis Moctezuma o Cuauhtémoc, dos de los gobernantes que enfrentaron a Cortés y a sus hombres antes de la que se consumara la Conquista.
Durante la Independencia, destacó la participación de Miguel Hidalgo y Vicente Guerrero; posteriormente, durante la Guerra de Reforma o la Segunda Intervención Francesa, destacó Benito Juárez, quien fue presidente del país en ese momento.
Sin embargo, no solo las personas han destacado en eventos históricos de México, pues también hay algunos inmuebles que han sido testigos de ellos, y que hasta la fecha permanecen de pie.
Tal es el caso del edificio del Nacional Monte de Piedad, ubicado a un costado de la Catedral Metropolitana, en la esquina de las calles 5 de mayo y Monte de Piedad. Y es que este inmueble se remonta a épocas coloniales, y fue construido sobre las ruinas de uno de los inmuebles más importantes de la época prehispánica: el Palacio de Axayácatl.
Y es que un día como hoy, 11 de mayo, pero del año 1535, el Rey de España, Carlos V, expidió la cédula para fundar tres casas de moneda en el Nuevo Mundo, entre ellas la de la Nueva España, instalada en lo que fue las viejas casas de Hernán Cortés, hoy Nacional Monte de Piedad.
Como ya se comentó, dicho edificio histórico ha tenido varias etapas y funciones. Antes de su construcción estaba un Palacio perteneciente al padre del antepenúltimo tlatoani mexica, quien recibiría a Cortés y sus hombres a su llegada a Tenochtitlan el 8 de noviembre de 1519, Moctezuma, que era Axayácatl, quien también fue Tlatoani de la Gran Tenochtitlan.
Este edificio también tomó relevancia porque ahí fue donde Moctezuma permitió a Cortés y sus hombres hospedarse a su llegada. Además, fue en donde se escondieron los españoles tras la matanza de Tóxcatl, pues el pueblo mexica los comenzó a agredir. Fue en ese mismo recinto en donde, se dice, murió Moctezuma, luego de que los españoles le pidieran salir a calmar a su pueblo cuando era prisionero, y donde supuestamente fue apedreado.
Luego de la caída del imperio, cuando se comenzaron a tirar los edificios que estaban en Tenochtitlan, se levantó la casa de Hernán Cortés en ese mismo lugar, con las mismas piedras del Palacio que había sido derrumbado. Parte de los restos de ambos palacios fueron descubiertos durante los trabajos del Programa de Arqueología Urbana (PAU) que laboró en este edificio a la par del proyecto de restauración y readaptación del inmueble emprendido por el Patronato del Nacional Monte de Piedad, entre 2014 y 2018 y encabezado por el arquitecto Armando Chávez.
“Lo que consideramos desde un principio, cuando empezamos a ver todo el proyecto, es que, más que el edificio en sí mismo, se trata de la ubicación y la carga histórica. Podríamos decir que es un predio que en 700 años ha tenido tres dueños: los emperadores del linaje de Moctezuma II, Hernán Cortés con sus descendientes y después el Monte de Piedad”, dice Pedro Romero de Terreros Gómez Morín, patrono secretario de la institución prendaria y descendiente de Pedro María Romero de Terreros y Ochoa de Castilla, primer Conde de Regla, fundador en 1775 del Sacro y Real Monte de Piedad de Ánimas, institución que en 1836 comenzó con la compra gradual de las casas en las que este predio se dividió durante los años de la Colonia y ese mismo año comenzó la mudanza de la institución a esta ubicación.
Más que un edificio, se trata de un complejo de 12 inmuebles distintos, cada uno con características y niveles diferentes entre sí pero interconectados en este laberinto de rincones históricos recuperados y espacios modernizados, desde los hallazgos recién reportados, hasta aquellas referencias de la época virreinal, como el hallazgo de frescos del siglo XVIII que se encontraban debajo de las capas de cal que se aplicaron en sus muros a lo largo de los siglos, o la propia Capilla de Ánimas, fundada en 1848 y que ofrecía hasta 12 misas diarias, misma que tres siglos antes fue la Contaduría General del Marquesado del Valle de Oaxaca donde se rendían cuentas a Hernán Cortés.
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