Francisco I. Madero es reconocido como el iniciador de la Revolución Mexicana. Llegó a la presidencia en 1911, tras un año de lucha. Sin embargo, su mandato estuvo envuelto en el conflicto con Emiliano Zapata y Félix Díaz, hasta que el 19 de febrero 1913 fue asesinado junto a José María Pino Suárez cerca del centro penitenciario de Lecumberri.
Según la versión oficial del asesinato, Madero y su acompañante murieron durante una emboscada mientras eran trasladados de Palacio Nacional a la Penitenciaría de México. El periódico El Independiente publicó una nota respecto al suceso, la cual replicaba la versión dada por Victoriano Huerta y decía:
“Ayer a las once de la noche fueron muertos a balazos en una de las calles de Lecumberri los señores Don Francisco I. Madero y Don José María Pino Suárez durante un motín provocado al trasladados a la Penitenciaria del Distrito Federal.
Tres grupos de maderistas asaltaron de improviso a la escolta tratando de libertar a los prisioneros y los custodios ante el peligro de ser arrollados dispararon sus armas sobre los agresores y éstos al contestar el fuego mataron al ex-presidente y al ex-vicepresidente de la República.”
Los custodios que trasladaban a los presos políticos eran el mayor de rurales Francisco Cárdenas y Rafael Pimienta. Desde que la noticia de la muerte de los revolucionarios salió a la luz, un amplio sector de la sociedad mexicana se mostró incrédula de la historia transmitida por el gobierno huertista y señalaron a los custodios como los autores materiales del asesinato.
A un mes del magnicidio, el 26 de marzo de 1913, Huerta fue desconocido como presidente de México mediante el Plan de Guadalupe en Coahuila. Se consideró su mandato como resultado de la traición, con lo cual se confirmó que Francisco Cárdenas asesinó a Madero y Rafael Pimienta a Pino Suárez.
Poco se sabe de la vida de Cárdenas, quien mató al iniciador del movimiento revolucionario por órdenes de Victoriano Huerta. Entre las cosas que se saben sobre él está que en 1910 fue uno de los perseguidores del bandolero Santana Rodríguez Palafox, mejor conocido como “Santanón” y que antes del homicidio fue parte de los represores del gobierno maderista en Michoacán, estado de donde era originario.
El historiador Edgar Sáenz López indagó más acerca de la historia de este personaje de la Revolución Mexicana. Es por ello que se sabe que fue un hombre se clase media con un pensamiento contrario al de la justicia social y que se adaptaba más a las ideas porfiristas, además de que abusaba de su poder y bebía excesivamente.
Además, según la prensa de la época, más que cuidar el orden, lo transgredía. Ya que, aunque se suponía que atrapaba bandidos y asaltantes de caminos, durante el Porfiriato, cuando era policía rural, él también cometía asaltos en las carreteras, en compañía de sus subordinados.
Tras la caída de Porfirio Díaz, luego de formar parte del ejército y participar en la lucha contrarrevolucionaria, Cárdenas huyó a Cuba después del derrocamiento del gobierno huertista. La última etapa de su vida la pasó exiliado en territorio cubano, donde una serie de acciones lo llevaron a la muerte.
Actualmente es recordado por haber terminado con la vida de Francisco I. Madero, quien pasó sus últimos días en medio de la Decena Trágica, un periodo de tan solo diez días en que se gestó la traición en contra del político mexicano y que culminó con su asesinato el 19 de febrero de 1913, tras su breve estancia en la presidencia.
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