Después de que un elemento de la Guardia Nacional (GN), acusado de matar al joven Ángel Yael Ignacio Rangel, fuera dejado en libertad; otro efectivo de la Secretaría de Marina (Semar), adscrito a la GN, fue presentado ante un juez federal como presunto responsable de la muerte del universitario y de las lesiones que sufrió su compañera, Edith Alejandra.
De acuerdo con los resultados de los peritajes y la necropsia que presentaron los fiscales y asesores jurídicos de las víctimas en la audiencia del domingo 1 de mayo, consultados por la revista Proceso, presuntamente fueron dos elementos de la GN los que abrieron fuego contra la camioneta en la que viajaban los estudiantes.
Sin embargo, de acuerdo con las pruebas balísticas recabadas en la escena del crimen, habría sido únicamente el disparo de uno de ellos el que hirió de muerte a Ángel Yael y lesionó a Edith Alejandra. La bala disparada por el otro agente habría quedado incrustada en las bocinas de la camioneta en la que viajaban los jóvenes, sin que causara ningún otro tipo de daño.
El comandante de la GN que estaba al mando el día de los hechos, así como otros integrantes del convoy, declararon que el infante de Marina que habría herido a los estudiantes disparó contra las víctimas a una distancia de aproximadamente 150 metros, y sin que nadie le diera la orden o autorización para ello.
El sábado 30 de abril, el primer elemento presentado ante las autoridades por el delito de tentativa de homicidio fue dejado en libertad por el juez, debido a que se determinó que no se presentaron datos de prueba suficientes para fundamentar la acusación. Finalmente se determinó que no fuera vinculado a proceso. No obstante, la decisión será impugnada por los asesores legales de las víctimas y los abogados de la Universidad de Guanajuato.
Los hechos que desembocaron en la muerte del joven estudiante y las lesiones de su compañera ocurrieron la tarde del miércoles 27 de abril, cuando el convoy de elementos de la Guardia Nacional, conformado por dos camionetas del Ejército Mexicano y una de la GN, realizaba un recorrido por la zona de ductos de Pemex en la comunidad Exhacienda del Copal, cerca de la sede de la División de Ciencias de la Vida de la Universidad de Guanajuato.
Los agentes observaron a un grupo de jóvenes a una distancia que se ha determinado de unos 150 metros. Los estudiantes, por su parte, al notar la presencia del convoy, regresaron a sus vehículos y huyeron del lugar. El último vehículo en escapar de la escena fue la camioneta Ecosport SUV blanca en la que viajaban Ángel Yael y otros tres compañeros, dos mujeres y un hombre.
En ese momento, dos efectivos de la GN descendieron del vehículo que iba hasta delante del convoy, con número 334310, y dispararon contra la camioneta. Según su propia declaración, el comandante a cargo les habría ordenado en al menos cinco ocasiones que detuvieran las agresiones. Tras los disparos, la camioneta en la que viajaban los estudiantes avanzó a toda velocidad, pero otro de los vehículos de la GN le dio alcance y auxilió a los dos jóvenes que resultaron heridos.
Un asesor jurídico de los padres de Ángel Yael expuso que el agente inculpado, al tratarse de un marino con conocimiento y experiencia en el uso de las armas, actuó con dolo porque sabía las implicaciones de disparar contra la camioneta en la que viajaban los jóvenes universitarios.
El elemento fue acusado de homicidio calificado en grado de tentativa y actualmente se encuentra recluido en prisión preventiva en el Cereso de Puentecillas en Guanajuato, a la espera de que se reanude el juicio.
La versión que dio la propia Guardia Nacional sobre los hechos indicó que los agentes confundieron a los estudiantes con ladrones de hidrocarburo (huachicoleros), pues en ese momento se encontraban realizando un operativo contra el robo de combustible.
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