El pasado 28 de abril, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) envió al Congreso de la Unión la Reforma Electoral, con la cual buscará transformar este sector en el país, pues su relación con el Instituto Nacional Electoral (INE) y sus consejeros no ha sido la más amable hasta el momento.
Por ello que buscará modificar a este organismo autónomo, desparecer algunas instancias locales, reducir presupuestos, tiempo de propaganda, así como curules en las Cámaras de Diputados y Senadores.
Estas decisiones han sido muy criticadas por la oposición y apoyadas por los simpatizantes de la Cuarta Transformación (4T), situación que se mantendrá así hasta que sea votada, sesión de la cual se desconoce fecha hasta el momento.
Diego Fernández de Cevallos, férreo crítico de López Obrador desde hace varias décadas decidió no ser tan duro, en esta ocasión, con esta reforma, misma que puso en duda y hasta planteó un nuevo punto para agregar y analizar: la segunda vuelta.
Fue en su columna publicada en el diario Milenio donde el queretano replicó un testo escrito y publicado en 2016, en el que recordó un diálogo entre Héctor Aguilar Camín y con José Woldenberg sobre nuestra pluralidad social.
También en un intercambio de textos, ambos personajes debatieron sobre el tema, aunque el Jefe Diego identificó una convergencia entre ambos, “considerar la segunda vuelta electoral como un alivio, o corrección ante los efectos de la fragmentación”.
En aquel momento explicó que este recurso es utilizado cuando en los primeros comicios ningún candidato obtiene más de 50% de la votación total, por lo cual se debe llevar a cabo una nueva elección entre el primero y segundo lugar para decidir al ganador, o sea aquel que haya conseguido la mayoría absoluta.
Con esta estrategia que no ha sido empleada en el país, dijo Fernández de Cevallos, evita que “lleguen a cargos públicos candidatos con poca votación y discutible legitimidad”, misma situación por la que ha criticado a AMLO.
“Evita que, de los cuatro, seis o más candidatos para la Presidencia de la República o algún gobierno estatal, alguien gane con una aprobación exigua y teniendo frente a sí un importante número de electores (tal vez mayoría) que jamás le habrían dado su confianza y apoyo”, señaló en su texto el ex candidato presidencial por el Partido Acción Nacional (PAN).
Ejemplificó su idea con países que han desarrollado la segunda vuelta, como es el caso de Francia, que ha tenido que recurrir a ella en sus últimos dos procesos que tuvieron al mismo ganador, Emmanuel Macron.
También dio cuenta de que en países como Argentina, Chile, Brasil, Perú y Colombia también se han utilizado, aunque con más irregularidades que en otros territorios.
Es por ello que dudó sobre la capacidad de México y pidió tomar en cuenta las observaciones de Jorge Alcocer Villanueva, quien señaló que “el sistema electoral mexicano fue diseñado para operar sobre la base de mayorías simples, y los procedimientos jurisdiccionales de impugnación de campañas y sus resultados son lentos y complicados, lo cual retrasaría la celebración de las segundas vueltas, pues sucesos imponderables pueden producir distorsiones mayores que las que se buscan evitar”, escribió.
Finalmente, sentenció que sí valdría la pena probar la segunda vuelta en el país, ya que podría implicar un avance en la democracia nacional y lograría “evitar que cada vez con menos votos lleguen a los cargos públicos políticos repudiados por la mayoría”, finalizó el abogado de formación.
SEGUIR LEYENDO