David Bonola es un inmigrante mexicano que ingresó a Estados Unidos hace 20 años en situación irregular. Al momento de su arribo al país vecino, no contaba con antecedentes penales. Ahora, es acusado de tres delitos: asesinato, manipulación criminal y posesión criminal de un arma.
Su caso ha atraído la atención de los medios estadounidenses, ya que la víctima de este crimen, Orsolya Gaal, fue asesinada en su casa en Forest Hills, Nueva York, por 58 puñaladas mientras uno de sus hijos se encontraba en su hogar.
Momentos antes de su detención el pasado 20 de abril, David Bonola acudió a un restaurante llamado “Chipotle”, ubicado en Austin Street, al que iba de manera regular durante los últimos tres años. Su orden favorita: los tacos, de acuerdo a la información compartida por un empleado al diario The Post.
Al notar la presencia de Bonola, el empleado se acercó a él para preguntarle cómo había estado y ponerse al corriente de lo que había hecho últimamente, sin saber que unos días antes había cometido un sangriento asesinato. De acuerdo con sus declaraciones, no notó nada extraño en el comportamiento de su cliente, quien acudió al establecimiento alrededor de las 13:30 horas del miércoles.
Según lo descrito por este empleado, Bonola hablaba sobre su vida personal, escribía música y era amable con los trabajadores, al punto de que era estimado en el establecimiento. Sin embargo, cuatro días antes, en la madrugada del 16 de abril, el mexicano de 44 años tomó un arma blanca para asesinar a la persona con quien sostenía una relación amorosa.
De acuerdo con el teniente del Departamento de Policía de Nueva York, Tommy Thompson, la relación entre Bonola y la víctima era de tipo “íntima”, pero finalmente terminó en una disputa doméstica. No obstante, además de pareja, Bolona trabajaba como el “handyman” de Gaal, es decir, ayudaba en las labores del hogar, por lo que conocía a su esposo y a sus dos hijos.
Durante dos años aproximadamente, Orsolya sostuvo una relación extramarital con Bonola, hasta que la “madre de Queens” decidió ponerle fin en marzo de este 2022. A raíz de ello, el mexicano buscó la forma de reconciliarse con su expareja, por lo que acudió en la madrugada del sábado 16 de abril a la casa de Gaal, quien esa noche había regresado de un espectáculo en el Lincoln Center, según fuentes policiales.
Si bien las autoridades estadounidenses no detallaron si Bonola entró al hogar de Orsolya Gaal con su consentimiento o contra su voluntad, el hecho es que la madre de 51 años lo llevó al sótano para dialogar sobre su relación, pero posteriormente le solicitó que se retirara.
Sin embargo, una vez en la habitación, comenzó una intensa discusión en la que uno de los dos blandió un cuchillo, el cual fue tomado posteriormente por Bonola. Acto seguido, apuñaló a Gaal más de media centena de veces, mientras uno de sus hijos se encontraba en la vivienda sin percatarse de lo sucedido.
Después del asesinato, Bonola trasladó el cuerpo de Orsolya en una bolsa de hockey que supuestamente pertenecía a uno de sus hijos. Los registros gráficos de las cámaras de seguridad mostraron el momento en que el imputado salió del hogar de Gaal en Forest Hills y lo abandonó cerca de Forest Park.
Al día siguiente, un paseador de perros se encontró con la bolsa del cuerpo y un camino de sangre. De manera inmediata lo reportó al 911, pero no fue sino hasta el miércoles 20 de abril cuando las autoridades estadounidenses lograron dar con el paradero de Bonola, quien se encontraba en el área de Queens.
Uno de los detalles que más ha llamado la atención de este caso es una nota que dejaron en el refrigerador de la casa de Gaal, que decía “conseguir un nuevo handyman”, según lo dicho por un supervisor de la policía de Nueva York al diario The Daily Beast. Aunque no se ha confirmado quién escribió la nota, los reportes preliminares indicaron que posiblemente fue hecha por Gaal antes de ser apuñalada.
De igual manera, fuentes policiales detallaron que ya tenían en su radar a Bonola tras enterarse de su relación con la víctima, por lo que lo estuvieron vigilando cerca de su casa en espera de una pista. Fue así como elementos de la policía de Nueva York encontraron un par de botas ensangrentadas en un camión de servicio de limpieza, las cuales habrían sido usadas en el asesinato.
Bonola al notar la presencia de los detectives, se acercó a ellos y les preguntó directamente si lo estaban buscando. Tras explicarle la situación, el mexicano de 44 años acudió a la comisaría 112 donde confesó su crimen. Finalmente fue acusado de asesinato, manipulación criminal y posesión criminal de un arma. En su comparecencia el pasado jueves en el Tribunal Penal de Queens, el detenido quedó sin fianza.
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