La Secretaría de Relaciones Exteriores del Gobierno de México dio a conocer que días después de que el Consulado General de México en Nueva York informó de que sería repatriado un botín de guerra extraído hace mas de 150 años, el conjunto de piezas arqueológicas y libros históricos se encuentran resguardados en la Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas arqueológicos e Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Se trata de una veintena de bienes precolombinos elaborados por culturas mesoamericanas, entre ellos destaca una escultura antropomorfa de roca de estilo teotihuacano. También un par de volúmenes impresos de los siglos XVII y XVIII que fueron sacados durante la guerra de Intervención de Estados Unidos contra México entre 1846 y 1848.
El conjunto de piezas arqueológicas y libros históricos fue repatriado vía valija diplomática por la Secretaria de Relaciones Exteriores; la cual arregló el retorno a través de la Consultoría Jurídica de la Cancillería y del Consulado General de México en Nueva York. El INAH realizará la inscripción pública de los monumentos susceptibles en el Sistema único de Registro Público para después realizar la investigación y conservación correspondiente por parte de los especialistas del instituto.
Los dos volúmenes de libros proceden de la Asociación Histórica del Condado de Monmouth (MCHA) de Nueva Jersey, la cual tiene una colección desde 1933 por un descendiente del militar James Wall Schureman. El cual combatió en la invasión estadounidense a mediados de septiembre de 1847.
En el comunicado se mencionó que a inicios de febrero de este año se regresó un tercer volumen por la misma vía diplomática. Los tres documentos muestran la misma nota en inglés en la primera hoja: “La familia de James Wall Schureman Campbell / sobrino de James Wall Schureman, primer teniente del ejército de los EE.UU., sirviendo con el general Winfield S. Scott en la guerra contra México / Este libro tomado de un palacio en la Ciudad de México”.
El especialista de la Dirección de Registro Público del INAH, Pablo Daniel López Sánchez, detalló que las piezas prehispánicas provienen principalmente de las áreas culturales de la costa del Golfo y del Altiplano Central, y cubren un arco temporal de dos milenios, que va del periodo Preclásico al Posclásico Tardío.
Entre las piezas se encuentran dos pequeños morteros tallados en roca volcánica que provienen del altiplano queretano, fragmentos de sellos y figurillas antropomorfas de la tradición tumbas de tiro del occidente mexicanos. Son conocidas como “caritas sonrientes” que datan del periodo Clásico mesoamericano (400-900 d.C), señaló el arqueólogo.
En particular hay una pieza que resalta: realizada en roca, posiblemente diorita. Tiene unas dimensiones de 23.5 cm de alto, 14.5 cm de ancho y 7.5 cm de espesor. Es un personaje masculino desnudo de pie que porta tocado y tiene rasgos teotihuacanos. De igual manera se señaló que hay tres figurillas fragmentadas de la época virreinal temprana.
“El lote de objetos, producto de restituciones voluntarias, es signo de un cambio de mentalidad y de cooperación binacional, que impacta positivamente en el conocimiento de un momento histórico que definió los destinos de ambos países”, afirmó el Gobierno de México en el comunicado.
De igual manera afirmó que: “El Gobierno de México refrenda su compromiso de combatir el tráfico ilícito de bienes culturales, así como de participar activamente en el fortalecimiento de los marcos legales nacionales e internacionales para la protección del patrimonio cultural”.
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