El 20 de abril se conmemora el Día Mundial de la Marihuana. En la actualidad, se ha vuelto una fecha de culto para la comunidad que suele consumirla en diversas presentaciones y ocasiones. No obstante, no hay un motivo claro en torno al origen de la efeméride por lo que existen diversas teorías al respecto,
La más aceptada dice que un grupo de jóvenes que se hacía llamar Los Waldos, en los años 70, en California, Estados Unidos, se juntaban para fumar marihuana después de clases. Para hacerlo, decidieron que la hora de la reunión sería a las 4:20. De hecho, utilizaban el código 420 como clave.
Otra de las versiones conocidas, narra que en 1995, en Vancouver, Canadá, 200 consumidores de cannabis se juntaron con la intención de exigir la despenalización de este producto. Como modo de protesta, fumaron esa hierba en público.
En México, la marihuana es la droga ilegal más consumida entre la población. Se calcula que unos siete millones de mexicanos, es decir un 8.6% de los adultos entre los 18 y los 65 años de edad, la han probado al menos una vez.
Y es que la historia de la planta en México tiene un largo recorrido que comienza en la época de la Colonia y sigue hasta nuestros días. Según el texto Breviario histórico sobre la cannabis, de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la cannabis estuvo presente en los viajes de exploración y llegó a América en el siglo XVI, cuando se introdujo como fuente de fibra en Chile, en 1545, así como en Perú, nueve años más tarde. Los colonizadores ingleses también comprendieron su importancia, pues fue introducido a Canadá en 1606 y a Virginia en 1611.
A México llegó durante la Conquista gracias a Pedro Cuadrado, uno de los integrantes de la expedición de Pánfilo de Narváez. De acuerdo con sus propias palabras, Cuadrado fue quien comenzó el cultivo de esa planta en estos territorios.
En el mismo texto el historiador Silvio Zavala afirma que Hernán Cortés recomendó la siembra y cultivo de cáñamo, pues decía que a los indígenas, para vivir bien, les había faltado, principalmente, antes de la llegada de los españoles, lana fina, cáñamo, lino, plantas y cuatropeas.
Al parecer, Fray Juan de Zumárraga era entusiasta con la cannabis. De acuerdo con Fray Juan de Torquemada, Zumárraga, aproximadamente en 1531, puso diligencia en plantar frutas de Castilla, cáñamo y lino como una de las medidas encaminadas a lograr una economía próspera, que permitiera, a los españoles recién llegados a adaptarse felizmente.
La Inquisición fue la primera instancia en México que sancionó el uso no industrial del cáñamo. La prohibición se centró en ciertas plantas, entre ellas el peyote, el ololiuqui, y los llamados pipilzinzintles o pipilzinzintlis, también conocidos como “niños venerables”. Este último es el nombre que emplearon los indígenas para designar al cáñamo y otras plantas en los rituales en los que se ingería por sus efectos psicoactivos. La prohibición se dio en febrero de 1769.
A pesar de ello, a principios de 1777 comenzó una de las campañas económicas de mayor envergadura en la historia de la Nueva España: se buscó implantar el cultivo del cáñamo con toda la fuerza de la Corona. Esta manifestó tanto interés que llegó a enviar un grupo de labradores españoles para que difundieran las técnicas de cultivo e, incluso modificó su línea política al otorgar un permiso para que se instalara en el virreinato una Real Fábrica de Lonas y Lonetas.
También se ordenó el reparto de tierras ociosas, ya fueran privadas o de la Corona, entre los indígenas para facilitar los cultivos.
Tras la Independencia de México, el uso que se le comenzó a dar al cáñamo ya no era textil, sino ritual y medicinal. La curandería y las prácticas con plantas dejaron de ser perseguidas por motivos religiosos, sin embargo, en su lugar, la práctica médica que se produce en esta conciencia contemporánea asumirá esa persecución, aunque durante todo el siglo XIX y los inicios del XX no fundamenta la necesidad del castigo y solo se concretan a condenar las creencias o ritualidades de su práctica.
Las primeras reglamentaciones en el ámbito de la salud que comenzaron a finales de la década de los años 30 y principios de los 40 del siglo XIX, fueron el antecedente de Código Penal de 1871, en el que por primera vez se sancionan delitos contra la salud. Para este momento, la planta ya era conocida con el nombre de marihuana, que la haría famosa en todo el mundo.
Para la Revolución Mexicana el uso de la marihuana era muy común. Sin embargo, en 1908, poco antes, fue que comenzó un control más férreo del consumo de enervantes. Finalmente, en 1920, se prohibió su uso.