La tarde de este domingo 17 de abril, en el municipio de Coahuayana, Michoacán, se registró una agresión armada contra cuatro civiles que viajaban en un vehículo en el que al parecer huían de sus agresores
De acuerdo con fuentes locales, desde la madrugada la Policía Municipal recibió el reporte de un vehículo, un sedán blanco, que había ingresado a toda velocidad, y por la calle principal, al poblado de San Juan Alima.
Los tripulantes de aquel vehículo, según los testigos que presenciaron la escena, estaban siendo perseguidos y durante la escapada arrollaron a una joven y causaron miedo entre las personas que se encontraban de fiesta.
La mujer habría sido auxiliada por paramédicos de los servicios de emergencia que fueron solicitados por las personas que se encontraban ahí, mientras que los sujetos a bordo del vehículo continuaron la huida con dirección hacia el estado de Colima, según lo reportado por el diario Primera Plana.
Más tarde, el número de emergencias 911 recibió el reporte de varias detonaciones por arma de fuego en las inmediaciones de la salida de San Juan de Alima, rumbo a Coahuayana, y posteriormente se alertó que la fachada de un inmueble había sido tiroteada cerca del crucero de la comunidad El Ticuiz.
Al llegar al lugar, los policías que atendieron el reporte encontraron el automóvil sedán con impactos de proyectil de arma fuego. En el interior estaban los cadáveres de tres hombres, y a unos 150 metros del vehículo, en una huerta de plátanos, fue localizado el cuerpo de un cuarto individuo.
Personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) inició las investigaciones. Durante la recolección de evidencias, los agentes aseguraron un arma de fuego y tres granadas, por lo que solicitaron la intervención de personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Hasta el momento se desconoce la identidad de los fallecidos, quienes presentaban lesiones de bala. Los cuerpos fueron llevados al Servicio Médico Forense (Semefo).
José Alfredo Ortega Reyes, secretario de Seguridad Pública de Michoacán, atribuye que la ola de violencia en el estado se agudiza por la extensión de grupos criminales que han establecido rutas de paso entre entidades colindantes.
El funcionario reiteró las explicaciones que solo había mencionado de manera circunstancial el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, con intenciones de buscar la coordinación policial con Jalisco, Guerrero, Colima, Guanajuato y que ya entró en vigor el pasado 24 de febrero con el Estado de México.
Ortega Reyes explicó en entrevista con Infobae México que 45 de los 113 municipios de Michoacán limitan con 46 alcaldías más de cinco estados, algo aprovechado por células delictivas para perseguir sus intereses en un área y refugiarse en otra, buscando impunidad por cualquier delito.
“Esta limitancia entre estados, hace por sí la situación delictiva, porque un grupo delictivo puede estar operando en el estado de Michoacán, comete alguna actividad delictiva, comete algún delito y se pasa al estado de Jalisco”, explicó.
Desde 1990 se expandió el Cártel del Milenio en esa región y para 2005 incursionaron los Zetas en la batalla por extender su dominio desde Tamaulipas. Esto llevó a comenzar con la guerra contra el narco en ese estado natal del entonces presidente Felipe Calderón a finales de 2006.
Ante el descontrol, el gobierno de Enrique Peña Nieto legitimó a los comunitarios con armas y uniformes, pero hubo una infiltración del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Otros líderes perdonados para no ser perseguidos continuaron con sus dominios y se conjuntaron en nuevas células que establecieron alianzas en Cárteles Unidos en 2019, al suspender convenios con el grupo de Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho.
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