El pasado 11 de abril, en el día que pudo haberse celebrado en el pleno la discusión y votación de la Reforma Energética, estuvo plagado de polémicas, no sólo por el aplazamiento de la sesión para el próximo domingo, sino por una peculiar escena.
Por medio de redes sociales se viralizó un momento en el que un sujeto ligado con empresarios internacionales del sector energético tuvo que ser retirado de la Cámara de Diputados por no ser legislador y por, acusaron, tener un papel de “cabildero” en aquella reunión tan importante.
Se trató de Paolo Salerno, perteneciente a la empresa de energía Enel Group, quien fue identificado como coordinador del Comité de Energía de la Cámara de Comercio Italiano en México. Estaba sentado a lado de la diputada del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Edna Díaz, situación que fue denunciada por algunos miembros de la bancada del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Con maletín en mano, y gafete de visita colgado del cuello, salió por los pasillos de la cámara baja, mientras le decía unas palabras a la integrante del partido amarillo y los demás integrantes de Morena y sus aliados aplaudían su retirada.
Esta situación acarreó un sinfín de comentarios contra Salerno y Díaz, a quienes tildaron de “vende patrias”, pues, argumentaron, el único fin de ese sujeto era privilegiar a las empresas privadas para que generen más dinero, en lugar de beneficiar a los ciudadanos consumidores de energía.
Por ello, Sergio Gutiérrez Luna, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, e integrante del grupo parlamentario de Morena, hizo un llamado a todos los partidos políticos a no introducir personas ajenas a las instalaciones.
“Derivado del incidente suscitado ayer... esta presidencia hace un atento llamado a todos los Grupos Parlamentarios, diputadas y diputados en general, a promover la disciplina parlamentaria y abstenerse de introducir al Salón de Sesiones y a los espacios del recinto donde los órganos de la Cámara lleven a cabo sus funciones deliberativas”, se lee en el documento oficial.
Todas aquellas personas estipuladas por la fracción IX del numeral 1 del artículo 6 del Reglamento de la Cámara de Diputados serán las que tengan prohibido pasar a los espacios expuestos por Gutiérrez Luna, “máxime cuando dichas personas tengan un interés directo en el asunto de la discusión”.
Finalmente, el presidente de la mesa directiva recordó que todas las personas que realicen la tarea de cabildero, y estén debidamente registradas en el padrón, tienen la obligación de dirigirse de acuerdo a las leyes de la cámara baja, de lo contrario podrían ser acreedores a sanciones que van desde la desafiliación hasta impedir su acceso a las instalaciones.
El reglamento interno define esta práctica como toda actividad que se haga ante cualquier diputado, diputada, órgano o autoridad, en lo individual o en conjunto, para obtener una resolución o acuerdo favorable a los intereses propios o de terceros.
De acuerdo a la Secretaría de Gobernación (Segob), el cabildeo o lobbying -su nombre en inglés- puede ser entendido como un “proceso planificado de comunicación de contenido predominantemente informativo, en el marco de las relaciones públicas, de la empresa, grupo de presión u organización con los poderes públicos”.
Es decir, se trata de personas que son el intermediario entre el poder político y los principales interesados en las discusiones legislativas y éstos no siempre son entes con intereses económicos, ya que también pueden ser representantes de asuntos populares.
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