Maximiliano de Habsburgo gobernó México de 1864 a 1867, fue un personaje muy controvertido; una faceta que no se conoce tanto de el es que creaba poemas y enviaba correspondencia de amor desde su puño y letra hacia Carlota cuando no se encontraban juntos, lo cual permite conocer cómo escribía. Quiero morir en la altura es el título de un poema escrito por el emperador en su juventud, el cual después se cumplió cuando murió fusilado en el Cerro de las Campanas.
El historiador Konrad Katz inició sus investigaciones sobre la vida de Maximiliano porque desde México le llamaron para que tradujera documentos importantes del alemán al español. Esto ocasionó que se pudieran mostrar documentos inéditos del emperador como las 311 cartas que mantuvo unida a la pareja.
Actualmente se encuentran conservadas por la Universidad de Texas en Austin. Sobre las cartas mencionó que: “el lenguaje en sí es culto, pero no es tan bonito y literario como el que Maximiliano usó para escribir sus cuentos de viaje porque dejó de ser literato”.
“A diferencia de los telegramas, las cartas fueron escritas en alemán y con las formas propias de su clase y la cortesía de aquella época”, afirmó. Gracias a estos documentos y a otras cartas que envió, por ejemplo al presidente Benito Juárez, es que podemos apreciar cómo era la letra de este importante personaje para la historia de México.
Incluso Katz habló sobre un telegrama escrito por el propio Maximiliano en el que estaba decidido a abandonar México: “el quería embarcarse y no lo hizo, estaba en un punto en él que estaba dudoso, escribió este papelito en lápiz”, afirmó.
La letra del emperador era típica de la época: manuscrita, es considerada pequeña pero legible, además de que utilizaba trazos como se hacía en ese tiempo de arrastrar la pluma para lograr hacer las llamadas florituras, es decir los espirales que se usan en letras mayúsculas o bien en letras que terminan hacia abajo como es el caso de la y, q, g, j, etc.
En algunos documentos se pueden ver rastros de tachaduras o palabras en donde el emperador recargaba mas la pluma o lápiz que usaba. Algo que llama la atención es que las líneas de letras de las cartas no eran siempre derechas e incluso Maximiliano escribía arriba de donde se equivocaba. Pero la ortografía era en general impecable, aunque en muchas palabras que hoy se tildan, no se ven con acento en los documentos.
Uno de los documentos más importantes escritos por Maximiliano fue la carta que le envió al presidente Benito Juárez el 18 de junio de 1867 en la que dice:
“Sr. Don Benito Juárez :
Próximo a recibir la muerte, a consecuencia de haber querido hacer la prueba de si nuevas instituciones políticas lograban poner término a la sangrienta guerra civil que ha destrozado desde hace tantos años este desgraciado país, perderé con gusto mi vida, si su sacrificio puede contribuir a la paz y prosperidad de mi nueva Patria.
Íntimamente persuadido de que nada sólido puede fundarse sobre un terreno empapado de sangre y agitado por violentas conmociones, yo conjuro a usted, de la manera más solemne y con la sinceridad propia de los momentos en que me hallo, para que mi sangre sea la última que se derrame y para que la misma perseverancia, que me complacía en reconocer y estimar en medio de la prosperidad, con que ha defendido usted la causa que acaba de triunfar, la consagre a la más noble tarea de reconciliar los ánimos y de fundar, de una manera estable y duradera, la paz y tranquilidad de este país infortunado.
Maximiliano”
Esto demuestra que a pesar de ser muy contrarios, las cartas siempre eran escritas y dirigidas con respeto, demostrando así cómo escribía el emperador Maximiliano de Habsburgo.
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