A un mes y medio de que Rusia empezara su sangriento ataque a Ucrania, tragedia que hasta ahora ha dejado víctimas mortales que se cuenta por centenares, una gran parte de la comunidad internacional ha presionado hasta donde ha podido para parar este conflicto. Liderados por Estados Unidos, muchos países y la misma Organización de Naciones Unidas (ONU) han cancelado al gobierno de Vladimir Putin. Desde el ámbito económico hasta su retiro de tratados y convenios globales. El último de estos fue el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, del que Rusia fue expulsado. Pero, entorno a esta situación, la postura de México ha causado gran polémica. El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se ha portado neutral en todo momento. Tan es así que, aunque ha dicho que condena el ataque, optó por abstenerse en dicha votación.
“A mí me parece un error, se están mezclando cosas que no deberían de mezclarse. Pareciera que el presidente López Obrador no quiere pelearse con Rusia”, dijo a Infobae Agustín Basave Benítez (Monterrey, 1958), diplomático y político mexicano, Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Oxford. “Particularmente, no quiere verse complaciente con Estados Unidos y eso lo ha llevado a decir que no va a participar en las sanciones económicas, a abstenerse de esta votación. En general a decir que no se va a meter en el conflicto en ningún sentido, más allá de la condena original”.
Para el exembajador de México en Irlanda, más allá del núcleo del conflicto en el este europeo, el posicionamiento mexicano obedece a una especie de mensaje que AMLO pareciera que quiere enviar a su homólogo Joe Biden.
“Esta invasión rusa a Ucrania se está dando en un momento de fricciones con el gobierno de EEUU. Un momento en el que se está tensando la relación bilateral, lo que está llevando a López Obrador a cometer estos errores, intentando mandar un mensaje a ese país. Él considera que lo que él haga a favor de Ucrania es concesión a Estados Unidos”, indicó, “como si el pueblo ucraniano no tuviera derechos, como si los miles que están muriendo en esa guerra no tuvieran derechos humanos”.
El diplomático mexicano insistió en que, en momentos como el actual, resulta vital tomar posturas más allá de la negociación internacional, “la invasión rusa a Ucrania es indefendible, no podemos quedarnos callados antes esto”. Además recordó que históricamente la izquierda siempre se ha puesto del lado del oprimido, “bueno pues aquí el oprimido es Ucrania y el opresor es Rusia”.
El exdiregente del PRD recordó que en el ámbito internacional, entre los que han evitado pronunciarse contra Putin, influyen dos motivos: los que no están con él pero se empeñan en demostrar que tampoco están “de parte” de EEUU, y los que sienten una especie de nostalgia por la Rusia socialista del siglo pasado. “Hay un izquierda zarista apoyando a Putin, quien no tiene absolutamente nada de izquierda”.
“Vivimos en la era de la ira de, lo que yo llamo, la postracionalidad” recordó Basave y añadió que en administraciones anteriores México siempre se pronunciaba en sintonía con su vecino del norte, aunque con cierto margen de maniobra que le permitía estar en buenos términos con los opositores como el régimen castrista en Cuba. “Pero había una postura de alianza en inequívoca”, apuntó recordando el caso del actuar del presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940) durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se puso de lado de los aliados (Gran Bretaña, la Unión Soviética y Estados Unidos).
El experto en diplomacia consideró que la contradicción de que el miércoles el representante mexicano ante la ONU, José Ramón de la Fuente, señalara que su país condenaba el ataque a Ucrania, pero el jueves se abstuviera de votar para expulsar a Rusia del Consejo de Derechos Humanos, deja entrever “un juego de equilibrios”, como si dijeran “si ya condenamos, ya hasta aquí, ya no vamos a hacer nada más”.
Y más ahora, destacó, que la relación entre los gobiernos de AMLO y Biden cada vez se tensa más en consecuencia de otros conflictos, como el generado a partir del impulso del mexicano a su iniciativa eléctrica, ya que pondera al organismo estatal sobre inversores privados, gran parte de ellos estadounidenses. “El presidente está mezclando eso”.
Agustín Basave concluyó que, si bien en el conflicto sobre el ataque ruso en Ucrania, México “no pinta mucho”, la verdadera afectación por las decisiones que se están tomando se verá reflejada en la relación que tiene con Estados Unidos, clave en muchos sentidos, empezando por recordar que es su principal socio comercial.
“(México) tiene una política exterior incoherente, no se ve clara en ningún sentido, ni siquiera respecto al país más importante para nosotros, la superpotencia, el vecino. No se percibe una estrategia de largo plazo... un poco el estilo de la casa”.
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