Cuatro meses después del asesinato de Jacobo Razón Avayou, integrante de la comunidad judía mexicana y presidente de la Comisión Nacional de Emergencias, en días recientes se han revelado más detalles de las circunstancias que rodearon a su muerte.
El pasado 28 de noviembre, su cadáver fue hallado en un paraje a la altura del kilómetro 17 de la carretera Picacho-Ajusco, al sur de la Ciudad de México. La fiscalía capitalina detalló que se encontraba boca abajo, con esposas en las manos y cinta industrial que le rodeaba el rostro y le cubría la boca, además de que estaba parcialmente cubierto con una cobija blanca.
Las investigaciones de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) revelaron que el 25 de noviembre Razón salió de su domicilio en Cuajimalpa a bordo de una camioneta Hyundai negra para ratificar una denuncia contra la delegada de la Comisión en Sonora por el delito de malversación.
Las cámaras del C-5 de la ciudad captaron que el Hyundai había sido seguido desde que salió del domicilio por un Mazda negro que era tripulado por el ex policía de la SSC Humberto Felipe Sánchez Reyes y su novia Joselin Nava Montañez. Ambos llevaban uniforme policial.
Sobre Avenida Stim, en la colonia Lomas del Chamizal, una patrulla de la SSC con matrícula MX-728-P2 le marcó el alto a Razón, y después de un breve intercambio de palabras, el ex policía y su pareja se subieron a la camioneta del integrante de la comunidad judía y lo quitaron del volante para llevárselo en contra de su voluntad.
De acuerdo con la investigación, aquella patrulla que le había marcado el alto había sido requerida por el mismo Humberto Felipe a través de la aplicación “Mi Policía”, quien se hizo pasar ante los oficiales como inspector general en activo y les ordenó que detuvieran a Razón.
La última cámara captó, entre las 9:07 y las 10:50 de la noche, el paso del Hyundai rumbo al sur de la ciudad. Las autoridades sospechan que Sánchez Reyes y Joselin probablemente se llevaron Razón a las cabañas Taati Keri, ubicadas en el Ajusco, donde lo interrogaron, lo torturaron y le quitaron la llave electrónica de su departamento en Santa Fe.
A lo largo del día Sánchez Reyes estuvo en contacto mediante de mensajes y audios de voz de Whatsapp con un hombre identificado como el autor intelectual del secuestro: Eugenio Manuel Fernando Salazar Treviño, un vendedor de cartuchos de tetrahidrocannabinol (THC).
En los mensajes, revisados por las autoridades, Salazar Treviño le dio indicaciones al ex policía para que fuera al departamento de Razón en Santa Fe y sacara de ahí unas maletas con dinero. “Si van como oficiales no tendría por qué haber detalle” y “Vas a ver ahí las maletas y en la maleta ahí está el recurso” fueron algunos de los mensajes descubiertos por los agentes.
El último mensaje decía: “Tal vez tienen que terminar la misión y tirar la basura”. La policía cree que esa fue la indicación para que asesinaran a Razón y abandonaran su cuerpo en un paraje del Ajusco.
Una semana después Sánchez Reyes y su novia fueron detenidos. En diciembe, el ex policía amaneció muerto en su celda. La versión oficial afirmaba que se había colgado. Recientemte fue detenido en Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, Fernando Salazar Treviño.
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