El miércoles se desató un enfrentamiento entre migrantes originarios de África y Haití que se encuentran varados en la ciudad de Tapachula, Chiapas, y quienes intentaban tomar el control de la fila que realizaban fuera de las instalaciones del Instituto Nacional de Migración (INM).
Todo comenzó cuando una mujer de origen africano fue golpeada por otro migrante de diferente nacionalidad,dejándola inconsciente, lo que provocó un enfrentamiento entre extranjeros procedentes de África y de Haití.
La mujer que fue golpeada, se desvaneció e intentaron reanimarla, pero minutos después se recuperó, tomó piedras e intentó en varias ocasiones romper el cerco de seguridad de la Guardia Nacional (GN) para lanzarle las rocas a los haitianos que se encontraban detrás de los equipos antimotines.
Los migrantes arremetieron contra los elementos de migración usando las vallas metálicas que sirven de protección y para dividir las filas de los extranjeros que llegan a realizar trámites.
Durante más de 5 minutos los africanos y haitianos se lanzaron piedras causando caos e incertidumbre entre las personas que circulaban en la zona.
Falua, de origen africano, denunció que los indocumentados de Haití están vendiendo los pases de entrada a las oficinas en mil pesos, cuando los documentos son gratuitos.
“Los haitianos están trabajando con los agentes de migración”, dijo en entrevista con Efe.
Este es el primer enfrentamiento que se registra entre migrantes de África y Haití a menos de 48 horas de haberse reabierto las oficinas de regularización migratoria en Tapachula.
Las oficinas fueron cerradas a mediados del pasado mes de marzo luego de que un grupo de migrantes irrumpió de manera violenta en las instalaciones para exigir visados humanitarios para poder transitar de manera libre por México para llegar a la frontera con Estados Unidos, país en donde pretenden pedir asilo político.
En la trifulca, los extranjeros destrozaron todo a su paso, incluso, varios migrantes que participaban en la revuelta resultaron lesionados, así como algunos elementos de la Guardia Nacional.
Días después, el viernes 1 de abril, cientos de migrantes, principalmente centroamericanos, salieron de Tapachula en una caravana denominada “viacrucis migrante” que tenía la intención de llegar a la Ciudad de México (CDMX) para exigir sus documentos migratorios.
Sin embargo, apenas habían recorrido unos cuantos kilómetros cuando fueron interceptados por elementos de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración, lo que desató un violento enfrentamiento que dejó varias personas lesionadas y detenidas.
La caravana, llamada “viacrucis migrante” por su cercanía con la Semana Santa, duró tres días y apenas avanzó unos 16 kilómetros hasta la comunidad de Álvaro Obregón, prácticamente a la salida de Tapachula, donde unos 400 migrantes aceptaron finalizar su limitada andadura.
El grupo, integrado por personas de Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Honduras, Guatemala, Perú, Colombia, República dominicana, Venezuela, Cuba, Siria y de otras nacionalidades, logró establecer un diálogo con las autoridades migratorias.
Algunos aceptaron entregarse a los agentes del INM para ya no seguir caminando, no tener problemas y estar en paz.
La región vive un flujo récord de migrantes hacia Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) detectó a más de 1.7 millones de indocumentados en la frontera con México en el año fiscal 2021, que terminó el 30 de septiembre.
México deportó a más de 114 mil extranjeros en 2021, de acuerdo con datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación del país.
Además, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) recibió un récord de 131 mil 448 solicitudes de refugio en 2021.
Con información de EFE
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