Minutos de terror vivieron turistas en la Playa de Manzanillo en el puerto de Acapulco, tras registrarse una balacera que terminó con la vida de tres personas, una de ellas fue abatida por agentes de seguridad, mientras que otro más resultó herido en la persecución.
De acuerdo con la Fiscalía de Guerrero, dos sujetos arribaron hasta un restaurante, donde privaron de la vida a dos comensales. Al notar las acciones, fueron perseguidos por elementos ministeriales, pero abrieron fuego.
La refriega se registró alrededor de las 15:40 horas de este 4 de abril, causando el caos entre los bañistas que acudieron a disfrutar del día soleado frente al mar. Uno de los presuntos atacantes huyó lesionado al refugiarse aguas adentro.
Ante este hecho la Policía Investigadora Ministerial intentó detenerlos en su huida por lo que repelieron la agresión, quedando uno sin vida y el segundo gravemente herido escapando con dirección al mar, iniciando de inmediato su búsqueda y localización
Medios locales señalaron que se trataba de cuatro ejecutados, pero las autoridades han precisado que solo fueron tres, pues uno de los sicarios logró escapar. En el sitio de los hechos se se aseguraron dos pistolas 9 mm. Mientras el Ministerio Público y peritos iniciaron las diligencias correspondientes.
Si bien Guerrero se caracterizaba por sus puertos y destinos turísticos, la violencia e inseguridad han opacado el atractivo que una vez gozó. Balaceras, quema de locales, asesinatos, abandono de restos humanos y enfrentamientos se han agudizado en Acapulco.
A pesar de que aun hoy en día se realizan actividades y eventos deportivos internacionales, los secuestros, extorsiones y ejecuciones pasaron a formar parte de la vida cotidiana en la entidad.
De ahí que los guerrerenses han vivido episodios de terror provocados por grupos del crimen organizado. Según un informe publicado por The International Crisis Group, al menos 40 grupos luchan por un diverso portafolio criminal, que incluyen actividades relacionadas con el tráfico de drogas.
Evelyn Salgado, gobernadora que asumió tras elecciones del año pasado, ha reiterado las versiones estratégicas de la administración que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Ante los hechos delictivos asegura que todo ello será atendido siempre que se ataquen causas de raíz, por ejemplo, con el uso de programas sociales.
Sin embargo, no se han desplegado elementos de las Fuerzas Armadas que colaboren en resguardar a la población, como sí ha ocurrido con planes de apoyo constantes en estados como Baja California, Colima, Michoacán y Zacatecas, todos gobernados por Morena, partido en el poder.
Una de las últimas muestras del terror que padecen los habitantes ocurrió el reciente 31 de marzo, cuando fueron localizadas seis cabezas humanas, exhibidas sobre el toldo de un vehículo en el municipio de Chilapa. Al interior de la unidad había ocho bolsas con los restos humanos y al lado un narcomensaje como represalia a la venta de metanfetaminas.
Algo similar ocurrió tres semanas antes, ante el hallazgo de dos cuerpos decapitados que fueron abandonados en un taxi en la Zona Diamante de Acapulco.
Una de las cabezas de los sujetos fue dejada con dos cartulinas que tenían narcomensajes sobre el parabrisas, mientras que la otra parte cercenada estaba junto a los cadáveres en la cajuela del vehículo. Los cuerpos presentaban signos de tortura.
Mientras que el 24 de marzo pasado fueron abandonados tres cadáveres decapitados en un tramo carretero de Iguala de la Independencia, cerca del rumbo que conduce a la comunidad de Santa Teresa, a escasos 20 minutos de la cabecera municipal. Los hombres rondaban rondaban los 30 y 40 años.
A unos 10 metros de donde estaban apilados los sujetos sin vida se encontraron sus cabezas cercenadas y el brazo de uno de ellos. Agentes de seguridad arribaron para resguardar el área y los cuerpos fueron trasladados al servicio médico forenses para la necropsia de ley.
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