El Tren Maya es uno de los megaproyectos de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, con el cual se pretende desarrollar la economía y el turismo en el sureste del país, a pesar de que organizaciones civiles se han manifestado en contra de su construcción. Tuvo una inversión de 200 mil millones de pesos y comprende un tramo de mil 554 kilómetros que pasará por los estados de Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
De acuerdo con la descripción del proyecto en su sitio web, uno de sus principales ejes es el económico, pues según cifras oficiales hay 7.3 millones de personas en situación de pobreza, de las cuales cerca del 30% se encuentra en pobreza extrema en la región sur-sureste del país.
“El desarrollo no ha llegado a la región de la misma forma que a los estados del norte y centro del país”, se explica, por lo que uno de los objetivos del Tren Maya es activar la economía en la región sur, incentivando el turismo en la Península de Yucatán y en las otras entidades por donde pasará el tren.
“El Tren Maya es todo un proyecto de desarrollo que se propone integrar la capacidad turística, económica, social y cultural de la región sureste del país”
El proyecto comprende 7 tramos de construcción y está compuesto por 18 estaciones y 12 paraderos. Asimismo, habrá dos tipos de vía: la sencilla y la doble, y se ofrecerán tres servicios de transporte, uno para la población local, otro para los turistas y otro más para transportar mercancía. De esta manera se generarían empleos en las zonas aledañas de la construcción del tren, conocido como el “efecto multiplicador”.
Sin embargo, organizaciones civiles e integrantes de comunidades indígenas se han manifestado en contra del proyecto, no solo por el impacto ambiental que conlleva, sino también por la afectación a los derechos de las comunidades indígenas en la región, así como el riesgo en el patrimonio histórico y cultural.
De acuerdo al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), hay 2 mil 288 sitios arqueológicos a una distancia no mayor de 10 kilómetros de la vía férrea que se verían afectados de manera directa, aunado a la concentración turística y la huella ecológica que ello conlleva.
El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) ha señalado que el Tren Maya podría ocasionar la deforestación de 2 mil 500 hectáreas de selvas húmedas y secas. Entre los principales impactos ambientales indicaron los siguientes:
-Desabasto de agua en la zona de Calakmul y presión a su zona arqueológica por el incremento de visitantes (de los 40 mil visitantes que hay actualmente, se estima que la cifra se eleve a 3 millones). De acuerdo con la organización Serendipia, 3 millones de turistas generan alrededor de 1.5 millones de toneladas de desechos sólidos y 1.6 millones de metros cúbicos de aguas negras por año.
-Riesgo de recolección de residuos en Calkmul, ya que no se cuenta con un servicio especial para ello.
-La generación de ruido del Tren podría afectar a la orientación de los murciélagos. Cabe señalar que el “Volcán de los Murciélagos” se ubica dentro de la reserva estatal Balam-kú. En su interior se han identificado siete especies de quirópteros insectívoros y se estima que habitan cerca de tres millones de murciélagos, según el estudio Impacto de las vías de comunicación sobre la fauna silvestre en áreas protegidas.
De igual manera, se prevé que la construcción del Tren Maya llevaría a la deforestación, degradación y fragmentación de al menos 23 Áreas Naturales Protegidas, como Yum Balam, Manglares de Nichupté, Uaymil, así como las Reservas de Sian Ka’an y Calakuml (zonas consideradas como patrimonio de la Humanidad). También se afectaría 7 Regiones Terrestres Prioritarias y 11 Regiones Hidrológicas Prioritarias, según una misiva firmada por más 100 Asociaciones Civiles.
De acuerdo a un estudio realizado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) publicado en diciembre de 2019, otras de las Áreas Naturales Protegidas que se verían afectadas por su construcción son las Reservas Estatales de Balam Kin y Balam Kú, en Campeche, así como el Parque Nacional de Palenque y las Áreas de Protección del Cañón del Usumacinta, en Chiapas.
Por otra parte, el CEMDA señala que el proyecto también implicaría la extinción de flora y fauna, afectando principalmente al jaguar, mono aullador, mono araña, ocelote, tapir, puma, cocodrilo, así como especies de serpiente, murciélagos, iguanas y una gran variedad de aves residentes y migratorias. Asimismo, el árbol de ramón, el cedro, el ciricote y algunas especies de palmas también serían afectadas. En total se afectarían 6,637 árboles y 178 especies diferentes de plantas, las cuales tendrían que ser retiradas.
En ese sentido, el Cemda interpuso tres amparos en 2021: uno por el tema ambiental ante la omisión de las autoridades de respetar los derechos ambientales de los locatarios; otro por violaciones al proceso de consentimiento indígena y uno más por la falta de consulta ambiental.
Por su parte, la agrupación Ocean Futures Society publicó una carta dirigida al presidente de México en la que se pronuncia en contra de la construcción del Tren Maya, ya que no se ha previsto el estudio del impacto ambiental del Tramo 5, el cual se encuentra dividido de la siguiente manera:
Tramo 5 Norte, a cargo de la Sedena. Va de Cancún a Playa del Carmen. Abarca una extensión de 49.8 km y contará con tres estaciones: Cancún Aeropuerto, Puerto Morelos y Playa del Carmen.
Tramo 5 Sur, a cargo de Grupo México y la empresa española Acciona. Va de Playa del Carmen a Tulum, con una longitud de 60.3 km. Contará con dos estaciones (Tulum y Tulum Aeropuerto) y tres paraderos (Xcaret, Puerto Aventuras y Akumal).
La organización creada por el oceanógrafo francés Jean Michel Cousteau invitó a AMLO a realizar un recorrido por dicho tramo de su megaproyecto, ya que pone en riesgo los ríos subterráneos, y aseguró que su postura responde a la defensa de las selvas, la fauna y las cavernas sumergidas que se encuentran en la zona.
A raíz de ello, diversos activistas se han manifestado en contra de su construcción. El pasado lunes 28 de marzo, un grupo de activistas de Greenpeace detuvieron simbólicamente la construcción del tramo 5 de este proyecto, encadenándose a la maquinaria como forma de protesta.
Lo anterior bajo el argumento de que se estaba violando la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambientes (Lgeepa), ya que los trabajos se han estado realizando sin una manifestación de impacto ambiental. Aleida Lara, directora de Campañas de dicha organización, comentó a Efe que, debido al suelo kárstico y poros en la Península, la construcción del tren en ese espacio no es viable.
Y es que el tramo 5 también fue criticado por un grupo de famosos, quienes en redes sociales impulsaron la campaña “Sélvame del Tren”, a través de la cual expresaron que la construcción del Tren Maya afectaría a los río subterráneos y demás áreas naturales, por lo que exigieron su cancelación.
El grupo estaba conformado por Eugenio Derbez, Natalia Lafourcade, Kate del Castillo, Rubén Albarrán, Omar Chaparro, Ana Claudia Talancón y Bárbara Mori, quienes fueron calificados como “pseudoambientalistas” por el presidente Andrés Manuel.
En cuanto al uso de terrenos, el pasado 17 de enero de 2022, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) hizo oficial la expropiación de 198 inmuebles de propiedad privada, que comprende un área de 2 millones 410 mil 107 metros cuadrados. Esta superficie abarca tres municipios de Quintana Roo: Solidaridad, Benito Juárez y Puerto Morelos, los cuales se localizan en la zona del Tramo 5.
Cabe recordar que unos días antes, el 11 de enero, Rogelio Jiménez Pons dejó la Dirección General del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y su lugar lo ocupó Javier May, quien era el titular de la Secretaría del Bienestar.
Posteriormente, el 19 de febrero se expropiaron 231 terrenos en Quintana Roo para la construcción del mismo tramo, con una superficie de 535 hectáreas, ubicados en Solidaridad (112), Tulum (77), Puerto Morelos (40) y Benito Juárez (2).
Otras de las organizaciones que se han manifestado en contra de este megaproyecto son MOCE Yax Cuxtal, Jaguar Wildlife Center y Voces Unidas de Puerto Morelos.
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