El nuevo informe del GIEI sobre el caso Ayotzinapa, en el que se exhibe que elementos de la Marina manipularon el basurero de Cocula —uno de los escenarios principales del caso—, involucran al almirante Marco Antonio Ortega Siu, quien en 2016 dirigió la recaptura del fundador del Cártel de Sinaloa, Joaquín el Chapo Guzmán.
De acuerdo con el diario nacional Reforma, Ortega, entonces mando de la Unidad de Inteligencia Naval, estuvo al tanto de la diligencia realizada el 27 de octubre del 2014, y la cual no fue reportada dentro de la investigación por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
El Almirante, según cita Reforma, ya se ha presentado a declarar ante la Fiscalía General de la República (FGR); sin embargo la audiencia fue suspendida, pues Ortega aludió cansancio.
El pasado lunes, el GIEI informó que elementos de la Marina Armada de México realizaron un operativo secreto en octubre del 2014, en el basurero de Cocula (Guerrero), uno de los escenarios claves en la desaparición de los normalistas. De acuerdo con el documento, esta visita nunca se constato en los expedientes de la investigación.
Debido a dichas pruebas, dadas a conocer a través de videos y documentos, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador exhortó a indagar a los marinos involucrados.
En las imágenes se aprecia a alíenos 12 marinos en tres camionetas, manipulando objetos del basurero, incluso haciendo una hoguera. El arribo de los navales al basurero ocurrió un mes después del ataque contra de los estudiantes normalistas, y tiempo antes de que los peritos de la fiscalía visitaran la zona.
Hasta la fecha, las autoridades apenas han identificado los restos de tres de los 43 estudiantes: Alexander Mora, Jhosivani Guerrero y Christian Rodríguez.
A 125 kilómetros de Iguala, una ciudad montañosa que contaba en ese entonces con 110,000 habitantes, policías federales, municipales y miembros del crimen organizado atacaron cinco autobuses donde viajaban los estudiantes, además de uno más que pertenecía al equipo de fútbol “Los Avispones”. Los normalistas se dirigían a la Ciudad de México para participar en los actos memoriales que cada año se realizan en la capital por la Matanza Estudiantil de Tlatelolco en 1968.
Durante los sucesos, seis personas fallecieron, otras 40 resultaron heridas y 43 normalistas fueron desaparecidos por agentes del estado y criminales que se los llevaron en varios vehículos.
Inicialmente se desconocía el número exacto de estudiantes desaparecidos y por varios días los conteos lanzaban distintas cifras, hasta que el 4 de octubre, el entonces procurador estatal de Guerrero, Alberto López Rosas, dio a conocer que se habían encontrado fosas comunes con restos humanos calcinados y que una persona detenida había confesado que se trataba de los estudiantes.
A partir de ese momento diversas investigaciones pusieron en duda esta versión y se han enfocado en esclarecer los hechos que hicieron que los policías estatales se llevaran a 43 jóvenes para desaparecerlos.
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