La Secretaría de Marina Armada de México (Semar) puso a disposición de la Fiscalía de Quintana Roo a cuatro agentes navales, quienes son investigados por supuestas agresiones cometidas al apuntar con armas de fuego a turistas y comensales en un restaurante de Bacalar.
De acuerdo con el reporte oficial, los elementos castrenses habrían participado en actos contrarios a la ley al registrar una actitud hostil contra la población civil, lo cual contradice valores y principios de la disciplina naval en que son formados los efectivos de la Semar.
Según versiones locales, durante la madrugada del pasado 25, cuatro marinos sin uniforme se presentaron a un local en la calle 7 del centro de Bacalar, donde ingirieron diversas bebidas alcohólicas por un tiempo prolongado.
Pero al momento de cobrarles la cuenta, se negaron a pagar y apuntaron sus armas tras una discusión en la cual querían ser favorecidos por su pertenencia a las Fuerzas Armadas. Todo ello será indagado por autoridades locales para determinar responsabilidades y sanciones necesarias.
Se están tomando las acciones legales correspondientes, a fin de colaborar en todo momento con las autoridades correspondientes, a efecto de determinar la conducta de los elementos navales involucrados en citado evento
Es importante mencionar que el actuar de citado personal es un hecho aislado cometido por unos cuantos malos servidores públicos, y es contrario a la conducta que se inculca a los elementos de esta Institución
El Ministerio Público Militar y el Ministerio Público de la Fiscalía de Quintana Roo, con sede en Bacalar, llevan el caso para esclarecer los hechos. Sin embargo, la Semar no adelantó si los agentes serían dados de baja o la pena correspondiente en caso de ser hallados culpables.
La institución apuntó que al interior de la dependencia existen grandes esfuerzos por inculcar el concepto de Derechos Humanos y valores como el honor, deber, lealtad y patriotismo. Recalcó que reprueban conductas ilegales cometidas por su personal, quienes están para servir a México.
Presuntamente, los agentes navales se identificaron con su adscripción a la Semar para no saldar su deuda por lo consumido. Eso generó un conflicto con responsables del negocio. Después, salieron rumbo a un vehículo estacionado a las afueras.
Del interior del automóvil extrajeron armas largas, supuestamente aquellas designadas para sus labores operativas en la zona. Con los fusiles en mano comenzaron a apuntar al personal, así como a los clientes del lugar. La población civil actuó para resguardarse ante una posible escalada de violencia con disparos.
Otros más escaparon a domicilios adjuntos para protegerse de la actitud de los sujetos armados, que amagaban al calor de la discusión bajo presuntos efectos del alcohol. Algunas personas lamentaron el comportamiento de los servidores públicos al abusar de su autoridad. Mientras que empleados no quisieron comentar mayores detalles por temor a represalias.
Sobre agentes de la Marina como el resto del personal del Ejército ya pesan investigaciones sobre actos ilegales cometidas en sus funciones, incluso recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha justificado que los elementos han caído en esas acciones por órdenes superiores, en un intento de limpiar la imagen de militares.
Tan solo el pasado 24 de febrero, el periodista Guillermo García denunció haber sido víctima de agresión e intimidación por parte de elementos de la Semar y policías estatales en Colima. Hasta la fecha, las consecuencias no han sido publicitadas.
Mientras que la misma institución volvió al foco del ocultamiento de información y por haber manipulado la escena donde autoridades federales aseguraron, habían sido quemados y arrojados restos de los 43 normalistas de Ayotzinapa en el basurero de Cocula, en Guerrero.
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