A través de las redes sociales se hizo viral el fallecimiento de Nalah, una de las perritas de rescate que tuvo una heroica intervención durante el sismo del 2017 en la Ciudad de México, el más fuerte del que se tenga memoria durante los últimos años.
“Fue una compañera de vida excepcional, noble, leal, cariñosa, inteligente. Como perro de trabajo tenía una capacidad extraordinaria para la localización y marcaje de víctimas, fue una K9 nata y dedicada a su labor. Partió el 24 de marzo de 2022”, escribió su dueña, Janette, en las redes sociales.
Nalah nació el 17 de mayo de 2011, pero fue adoptada inmediatamente por su familia. Ella no era parte de la Secretaría de Marina (Semar) como sus compañeros perritos rescatistas. KA-9 era la mascota de Janette Ficachi.
Claro que no cualquiera puede ser parte de diversos desastres, pues en el caso de Nalah, por ejemplo, inició con su entrenamiento desde los 8 meses de nacida como perro de búsqueda del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC). Su preparación duró aproximadamente dos años.
A lo largo de su carrera, localizó a un total de 17 personas, incluidas 12 de las encontradas en diversos deslaves provocados por el sismo del 19 de septiembre de 2017 en la Ciudad de México.
Sus principales trabajos se realizaron en la fábrica textil de Chimalpopoca y Simón Bolívar, Colonia Obrera. Fueron las primeras en llegar, y su primer rescate fue de tres mujeres con las que hicieron un contacto verbal.
Luego de retirarse, su dueña la puso a disposición del rescate emocional en albergues de la Ciudad de México, pero cuenta en su haber con una gran lista de rescates que incluyen la explosión en el edificio de Pemex, entre otros.
El último rescate de Nalah
A través de sus redes sociales, se difundió la versión de su último rescate como miembro del cuerpo heroico de caninos que participaron en las labores del sismo de 2017, en la Ciudad de México junto a otros como los famosos Frida, Evil y Eco.
Aquella intervención se realizó en el colapso de Prol. Petén y Eje 7, donde se toparon con un incendio que dificultó en exceso las maniobras de rescate, incluso provocando una intoxicación en la perrita, por lo que fue necesario evacuar.
“Nalah se intoxicó, la quise sacar y ella no quería, me jalaba e intentaba bajar a una zona en la que había encontrado un rastro, la dejé seguir, ahí falseó y se lastimó la patita”, redactaron en el Facebook donde publicaban cada paso de su heroica vida.
En ese lugar, el cuerpo de rescatistas buscaba a una familia que, sospechaban, se encontraba cerca. Al escuchar esto, el binomio de Nalah reveló que se trataba de una zona segura, por lo que empezar por el rastro que olfateó la perrita era una buena idea, y efectivamente, ahí los hallaron.
Nalah fue atendida por una unidad móvil de la Facultad de Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México, y apenas llegó a la plancha, se desplomó frente a todos. A pesar de creer que llegaría su final, los veterinarios hicieron un excelente trabajo.
“Pensé que perdería a mi compañera, pocas veces he sentido ese miedo y esa desesperación, me dijeron que les permitiera ayudarla y me sacaron de la unidad, no puedo estar más agradecida con ellos por la atención que le brindaron ese día”, publicaron.
A través de las redes sociales, organizaciones, instituciones y usuarios enviaron mensajes de apoyo para su manejadora, luego de darse a conocer su muerte a los casi 11 años de nacida.
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