Nadie hizo nada por él. Ni un solo familiar se ha acercado, explicaron ciudadanos de Villahermosa, Tabasco, al hablar sobre el cadáver de un menor de entre 5 y 6 años que lleva más de dos años en las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo) sin que nadie lo haya reclamado.
Los detalles, en su mayoría omitidos por las autoridades, indicaron que el cuerpo del menor fue hallado en 2020 al interior de una bolsa negra abandonada en un lote frente a la funeraria del Instituto de Seguridad Social del Estado de Tabasco (ISSET). Sin embargo, hasta ahora se desconoce el motivo y la causa de su muerte.
El menor portaba al momento del hallazgo “una playera de algodón tipo polo, color rojo con rayas negras, en talla 8; un short de tela estampado de colores azul, verde, amarillo talla 5, y una camisa de rayas de color beige manga larga”, de acuerdo con la ficha difundida por la fiscalía.
Lo que la ficha no especificó fue que además presentaba signos de violencia y un avanzado estado de desnutrición, lo que podría sugerir que era maltratado sistemáticamente, tal vez por sus propios familiares.
“Estaba ahí, entre la basura, dentro de una bolsa. Lo andaban husmeando los perros y por eso nos llamó la atención. Cuando nos dimos cuenta que era el cuerpecito de un niño, nos dio coraje y asco. ¿Qué clase de bestia podría hacerle eso a un niño? Se miraba tan abandonado, tan solito”, dijo un vecino de la calle Niño Artillero, en la colonia Tamulté, a la prensa local.
“Eso fue en el 2020. ¿A poco todavía no saben quién era él, cómo se llamaba, quién le hizo eso?”, cuestionó.
El cadáver del menor es del sexo masculino. Las autoridades calculan que tenía entre 5 y 6 años. Fue registrado con un peso estimado de 30 kilos. En 2021, la Fiscalía emitió un llamado a la ciudadanía para saber si alguien poseía datos que llevaran a la identificación de este cuerpo; pero hasta entonces nadie ha acudido al Semefo para reclamarlo.
“Capaz que no es tabasqueño y en algún lugar tiene familia buscándole”, “Debe de ser de un país lejano”, “Puede ser que sea de otra ciudad ya ve que estos infelices son capaz de todo” y “Ningún infante se merece estás infamias”, han sido algunas de las tantas reacciones en las redes sociales.
La situación de muchos menores en precaria y lamentable en un país como México. El pasado 20 de marzo la Fiscalía General del Estado de Durango informó que investigaba a dos personas por la muerte de una bebé de un año y 10 meses de edad que el miércoles 16 fue ingresada al Hospital Regional de Santa María del Oro con un shock hipovolémico y traumatismo de abdomen.
De acuerdo con los reportes de la prensa local, la niña llegó al hospital sin signos vitales y durante una revisión el personal forense se percató que sufría el síndrome del niño maltratado, por lo que inmediatamente después de confirmar su muerte dieron aviso a las autoridades para que detuvieran a las personas que la habían ingresado.
Por si fuera poco, la tarde del pasado martes 15 de marzo una bebé de dos meses de edad llegó sin vida a las instalaciones del Hospital Materno Infantil de Durango. La menor provenía de la comunidad Santa María de Ocotán y se sabe que perdió la vida durante su traslado para recibir atención médica en la ciudad de Durango.
Según los reportes oficiales, la menor estaba enferma y desde El Mezquital la llevaron a la capital del estado para fue fuera atendida, sin embargo, no logró sobrevivir al traslado.
En enero de 2022 el caso de un bebé hallado sin vida al interior del penal de San Miguel, en Puebla, conmocionó al país. De acuerdo con las investigaciones, el menor de solo tres meses habría fallecido el 05 de enero a raíz de problemas intestinales. Tras el deceso, fue enterrado en un panteón en Iztapalapa, Ciudad de México (CDMX) y del cual fue exhumado y posteriormente trasladado al penal de San Miguel.
SEGUIR LEYENDO: