La Ciudad de México está llena de rincones que fueron grandes poblados durante la época prehispánica, tal es el caso de la alcaldía Cuajimalpa, pues antes de ser el lugar lleno de edificios, oficinas y parques, fue habitado por el pueblo tepaneca, una cultura muy importante en la época precolombina asociada a los otomíes.
Antes de seguir hablando de los inicios de este lugar, es importante mencionar que según el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (INAFED), Cuajimalpa proviene de la palabra náhuatl Cuauhximalpan que significa “sobre las astillas de madera” o bien, “lugar donde se labra o talla madera”.
Los orígenes de esta demarcación se remontan al año de 1342 cuando la cultura tepaneca llegó a establecerse en la zona y empezó a formar su organización política, económica, social y por supuesto, cultural. Debido a que la sede del líder de este grupo (Tezozómoc) se encontraba en Azcapotzalco, el control administrativo de la antigua delegación se encontraba en aquél lugar, al cual tenían que rendir tributo con sus productos y su trabajo.
No obstante, el dominio de Tezozómoc terminó en 1427 porque el Imperio mexica logró someter a los pobladores e instaurar su reinado. Con la ayuda de la Triple Alianza formada por los señoríos de Texcoco, Tenochtitlán y Tacuba, se pudo establecer un control total del sitio.
Posteriormente, cuando llegó Hernán Cortés y empezaron los enfrentamientos contra los mexicas, el territorio se convirtió en un punto estratégico, ya que debido a su ubicación lejos de la capital azteca, las tropas españolas se refugiaron ahí después de que el ejército quedó severamente afectado por la batalla de la “noche triste” el 30 de junio de 1520.
Tiempo después, cuando ya se había concretado la Conquista de Tenochtitlan, Cortés fundó los pueblos de Santa Rosa y Santa Lucía, asimismo, resaltó “la importancia de algunos pueblos ya existentes como Cuauhximalpan, San Mateo Tlaltenango, Chimalpa y Acopilco, agregándoles un nombre español junto al indígena”.
Fue uno de los sitios que más se atendió durante los tiempos de la Nueva España, pues el ejército español acostumbraba cruzar el camino México-Toluca, por lo que el español siempre se aseguró de que las características geográficas estuvieran en estado óptimo. De igual manera, impulsó y fomentó asentamientos agrícolas y ganaderos.
Cabe destacar que de acuerdo con información de la alcaldía Cuajimalpa, durante toda la época colonial “fue un pequeño pueblo de leñadores y carboneros debido a lo extenso de sus bosques que brindaron diversos servicios a la Corona española”.
Debido al inicio de las tareas de evangelización por parte de los frailes franciscanos, se construyó la Parroquia de San Pedro Cuajimalpa, uno de los símbolos de arquitectura colonial más importantes y conocidos de la alcaldía. Con el paso del tiempo, el templo se siguió modificando y fue hasta 1925 cuando se le agregaron más elementos al inmueble.
También destaca el Monte de las cruces debido a que fue ahí donde se estableció el cura Miguel Hidalgo en tiempos de la Independencia. Incluso, el INAFED señala que en el siglo XIX este lugar fue la “guarida de insurgentes y escondite de bandidos, lugar de asaltos y de cobardes asesinatos, como los de Santos Degollado y Leandro Valle”.
El desarrollo de la zona llegó después del sismo de 1985, ya que debido a las grandes afectaciones que sufrió el centro de la CDMX comenzó la descentralización de los servicios hacia el poniente y sur, fue en ese momento cuando la ex delegación se volvió “un polo de desarrollo emergente con el establecimiento de grandes consorcios” que luego la convertirían en un espacio de gran atractivo para la inversión inmobiliaria.
Actualmente la alcaldía es reconocida por albergar al Parque Nacional Desierto de los Leones, el Parque la Mexicana, el Centro Cultural Pedro Infante, entre muchos otros lugares. Se extiende en un total de 80.95 km² con una población de 217 mil 686 habitantes, siendo 52.2% mujeres y 47.8% hombres de acuerdo con el último censo del INEGI.
SEGUIR LEYENDO: