Sin duda alguna, uno de los presidentes más reconocidos en México es Benito Juárez, quien gobernó en la segunda mitad del siglo XIX, y quien estuvo encargado de enfrentar la Segunda Intervención Francesa y al Segundo Imperio de México, a cargo del emperador austriaco Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota de Bélgica.
Juárez también peleó contra los conservadores en al Guerra de Reforma, conocida como Guerra de los tres años. Además, desde muy pequeño quedó huérfano de padres, y quedó a cargo de uno de sus tíos, quien lo impulsó a salir adelante. Por esto y más, Benito Juárez es uno de los presidentes mexicanos que más son reconocidos en el país, e incluso, en el mundo.
Sin embargo, poco se sabe sobre la mujer que compartió gran parte de su vida con él. Margarita Maza Parada fue la esposa de Benito Juárez, y estuvo casada con él por 28 años.
Margarita Maza nació un 29 de marzo de 1826, en la ciudad de Oaxaca. Fue hija adoptiva de Antonio Maza Padilla y Petra Parada, quienes la acogieron al nacer y criaron sin distinción, como la hermana menor de la familia. Tuvo una infancia en un hogar cómodo y refinado, en el que se propició su educación, que siempre mostró solidaridad con los que menos tenían. Para 1819, la familia Maza Padilla también acogió a Benito Juárez, un niño zapoteco de apenas 12 años que llegó a su casa, donde servía su hermana.
Se casaron el 31 de julio de 1843, cuando ella tenía apenas 17 años, y él 37, con una diferencia de edades que era común en los matrimonios de aquella época.
A lo largo de su vida, ambos vivieron los momentos más álgidos de la historia de México, como la guerra contra Estados Unidos, la Revolución de Ayutla, la Guerra de Reforma, la segunda Intervención Francesa y el Segundo Imperio de México. La pareja tuvo en total doce hijos: nueve mujeres y tres hombres. Sin embargo, cinco de ellos (tres mujeres y dos hombres) murieron siendo pequeños.
A lo largo de su vida al lado de Juárez, Margarita desarrolló su ideología liberal y anticlericalismo. Tenía una gran inteligencia, iniciativa y un carácter decidido, y fue capaz de dar consejos políticos al Benemérito de las Américas en su lucha por la tolerancia religiosa y la creación de un Estado laico en México.
Los documentos epistolares existentes, revelan la relación de apoyo mutuo y respaldo entre ella y su esposo para hacer frente a los problemas familiares durante el periodo de la Reforma y las invasiones militares al país. Margarita no temía a la lucha política si estaba inspirada en el desinterés y la honorabilidad, y como prueba de ello, está que fue la primera mujer en la historia del país en aparecer como colaboradora de un presidente electo, con una actitud propia.
Cuando Juárez era gobernador de Oaxaca y el general Antonio López de Santa Anna salía de una derrota contra Estados Unidos, éste prohibió la entrada a Juárez en la capital del estado que gobernaba, por considerarlo un peligro para la paz, y al regresar al poder, Santa Anna encerró a Juárez en las cárceles de San Juan de Ulúa y lo mandó al destierro en 1853. En ese momento, la vida de Margarita cambió.
No solo los Juárez Maza sufrieron la persecución del dictador; canceló la libertad de imprenta, desterró a todos los sospechosos de conspiración sin distinción de edad, sexo o enfermedad, quedando familias completas en el desamparo.
Margarita, además de sufrir la separación de su marido, enfrentó la persecución y hostigamiento del general conservador santanista José María Cobos quien se propuso hacerla prisionera. Con una gran familia que mantener y en condiciones difíciles, ella se las ingenió para además, proveer de recursos a Juárez, hasta que regresó para sumarse a la Revolución de Ayutla. Estando embarazada de gemelas y con seis hijos, escapó y logró mantener a su familia, y apoyando económicamente a su esposo, quien se encontraba en Nueva Orleans y sobrevivía de enrollar tabaco. Al principio, recibió techo y apoyo en diferentes haciendas, afines a la lucha juarista. Después, abrió una tienda en Oaxaca, en la villa de Etla.
Así como esta vez, Margarita estuvo al lado de Juárez durante la Revolución de Ayutla, la Segunda Intervención Francesa y el Segundo Imperio de México, en donde mostró lealtad y apoyo incondicional a su esposo, huyendo en algunas ocasiones, como durante el Segundo Imperio, a Estados Unidos, y volviendo a México una vez restaurada la República.
Margarita murió el 2 de enero de 1871, con tan solo 45 años de edad. A lo largo de su vida, fue representante de las liberales mexicanas, coordinó los esfuerzos de la sociedad civil para aportar recursos a la lucha contra la intervención extranjera y fue digna diplomática representante del Gobierno Republicano en los Estados Unidos.
SEGUIR LEYENDO: