El pasado 10 de marzo César Arturo Valencia, alcalde de Aguililla, Michoacán subió a su camioneta para dirigirse a su domicilio. De pronto, aparecieron dos sujetos en una motocicleta, con la cara escondida bajo un casco y abrieron fuego en tres ocasiones contra el presiente municipal, quien no sobrevivió al ataque.
Las autoridades establecieron que los dos primeros disparos se realizaron cuando Valencia manejaba por las inmediaciones de una cancha de futbol, finalmente, el tiro de gracia se realizó cuando el hombre detuvo la camioneta.
En un cateo cumplimentado en un domicilio ubicado en la localidad El Naranjo de Chila, en Aguililla, se logró asegurar la motocicleta de la marca Honda Cross 2019, que habrían ocupado los presuntos asesinos. Asimismo, se logró identificar a los autores materiales e intelectuales del asesinato.
Las piezas faltantes
Dos semanas después de aquel crimen, las investigaciones de las autoridades locales y federales han dejado muchos cabos sueltos. Ninguna ha establecido un vínculo entre el asesinato y los grupos criminales que podrían estar involucrados.
Valencia, un funcionario respetado en la región, trabajaba contra el crimen organizado y la corrupción de su natal pueblo, que es considerado uno de los más violentos de Michoacán. Durante las últimas semanas, centró su trabajo en la intervención de las fuerzas armadas para terminar con la violencia. Esto habría provocado el enojo de las células delictivas que controlan Aguililla.
Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad federal y encargada del llamado plan de pacificación de Aguililla, lamentó los hechos y prometió que darían con los responsables.
La versión oficial de los hechos ha dejado fuera muchas piezas del rompecabezas, atienden los expertos en seguridad, quienes ven detrás al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) quien desde hace unos meses mantiene un conflicto armado con integrantes de Cárteles Unidos, una unión de grupos criminales michoacanos.
El pasado 10 de marzo, personal de la Fiscalía de Michoacán se desplazó desde su sede en Apatzingán para procesar la escena criminal. En el sitio se localizaroncasquillos calibre .10mm, mientras que el cuerpo fue trasladado al Servicio Médico Forense para la necropsia de ley.
“Si se supone que ya no hay jaliscos en el municipio y pasa esto, ¿quién fue?, o son los militares o son Cárteles Unidos, no le busquen más, el pueblo no lo hizo”, mencionó en entrevista un poblador que acusó la colusión de autoridades con el Cártel de Tepalcatepecde Juan José Álvarez Farías, el Abuelo, y el resto de rivales del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Valencia Caballero era un empresario ganadero y agricultor, dedicado a la siembra de maíz. Dejó en la orfandad a su esposa y cuatro hijos. Dos de sus vástagos son adultos y dos pequeños, un niño y una niña.
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