UNAM: las mujeres en la vejez están condicionadas por la desigualdad

“Las mujeres al llegar a la etapa de la vejez continúan condicionadas por la desigualdad de México”, así lo reveló un estudio realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

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(Getty Images)
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La mayoría de las mujeres adultas en México no logran ahorrar lo suficiente para llegar a la etapa de la vejez, así lo advierte un nuevo estudio desarrollado por el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) mientras que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señala que durante la vejez las mujeres están condicionadas por las desigualdades de género que permanecen a lo largo de su vida.

Aunque la mayoría de la población en México son jóvenes, los grupos minoritarios como los adultos mayores alcanzan los 15.1 millones de personas de 60 años o más en 2020, de acuerdo al Instituto de Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que representa un 12% de la población total en el país, siendo el sexo femenino el dominante de 80 años a más.

Verónica Montes, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, que coordina el Seminario Universitario Interdisciplinario Sobre Envejecimiento y Vejez (SUIEV), explicó que la condición de las mujeres durante esta etapa es una construcción sociohistórica.

Según el informe del IMCO explica que en México sólo cuatro de cada 10 mujeres trabajan en la economía remunerada y, de ellas, 55% lo hace en la informalidad. Esto tiene como consecuencia que las mujeres no alcancen ahorrar lo suficiente para su vejez, aparte de otros factores culturales que influyen como el trabajo doméstico no remunerado el cual sigue siendo realizado por mujeres en su mayoría.

Un boletín informativo publicado por el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) la actividad más frecuente de las adultas mayores es el trabajo no remunerado. Un 62.8% de ellas se dedican a los quehaceres domésticos, actividad que muy probablemente han desarrollado toda su vida, y la cual realiza solamente 8.0% de los hombres.

La especialista Verónica Montes explica que esta situación es meramente cultural pues la circunstancias de las mujeres en la vejez es influenciada por aspectos biológicos, psicológicos y sociales. Además de estar determinados por la historia, la cultura y las condiciones socioeconómicas.

Según datos del INEGI, en México hay 2.4 millones de adultos mayores que no saben leer ni escribir, lo que equivale al 16% de la población total de este grupo de edad. Al analizar esta información por sexo hay más mujeres de 60 años y más que son analfabetas con un 19% a diferencia de los hombres con un 13%.

INMUJERES señala que solo el 8.7% de las mujeres adultas mayores está pensionada o jubilada, o recibe pensión por viudez. Esto representa un gran problema pues la mayoría de las mujeres mayores de 60 años se encuentran en una situación de vulnerabilidad.

Vista de las manos de
Vista de las manos de dos ancianos. EFE/Ensar Ozdemir/Archivo

En cuanto a temas de salud, las mujeres adultas mayores padecen más enfermedades incapacitantes y por más largo tiempo que los hombres pues 3 de cada 10 tiene dificultad para realizar alguna tarea de la vida diaria como comer, bañarse, caminar, preparar o comprar alimentos, frente a 2 de cada 10 hombres.

De acuerdo a un análisis publicado por INMUJERES se debe a los cambios fisiológicos que las mujeres sufren desde la adolescencia como la menstruación y en etapas posteriores como el embarazo y la menopausia que las convierte en el grupo más vulnerable a contraer a infecciones de transmisión sexual (ETS).

La doctora Verónica Montes UNAM expone que es necesario concientizar a las generaciones jóvenes de cuidarse, prepararse y exigir se respeten los Derechos Humanos de las mujeres para garantizar un mejor estilo de vida durante la vejez. Además de exigir que se haga frente a las desigualdades entre hombres y mujeres e impulsar la seguridad social, con el objetivo de garantizar a todas las personas el cuidado y la atención que requieren.

“Desde que somos niñas y niños tenemos que estar conscientes de nuestro proceso de vida y de nuestro proceso de envejecimiento, para cuidar nuestra salud, prepararnos educativamente y pelear por los derechos fundamentales de las personas. Todo lo que hagamos para beneficio de las personas mayores algún día nos tocará disfrutarlo”, comentó la investigadora.

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