El agua es un recurso natural indispensable para el ser humano, no obstante, su vitalidad y múltiples usos han provocado una crisis de escasez que avanza año tras año y que aumenta las probabilidades de que diferentes naciones alrededor del mundo enfrenten el llamado Día Cero.
México, por su parte, se ha caracterizado con el pasar del tiempo por ser uno de los países que padece un mayor estrés hidráulico. Este término se refiere a que, el porcentaje de agua que un territorio consume del total que tiene disponible en un año, no corresponde plenamente a la cantidad de agua producida por el ciclo natural.
En 2019, datos del World Resources Institute (WRI), apuntaron a que México era el segundo país con mayor estrés hidráulico en Latinoamérica, ubicándose solo detrás de Chile. Por su parte, el Monitor de Sequía en México (MSM), del Sistema Meteorológico Nacional (SMN) advirtió en 2021 que México atravesaba la segunda sequía más severa desde hace una década y, del mismo modo, detalló las zonas del país con mayor afectación.
En abril de 2021 la Comisión Nacional de Agua (CONAGUA) informó que tres cuartas partes del territorio se encontraban padeciendo la falta de lluvias mientras que la mitad del país ya enfrentaba una situación de sequía extrema, pues algunas de las presas más importantes se encontraron por debajo del 25% de su capacidad total.
De acuerdo al Monitor de Sequía en México (MSM), existen cinco zonas en el país en donde el estrés hidráulico se ha acentuado, mismas que corresponden a sitios donde se encuentran las ciudades más grandes o los terrenos de producción de alimentos.
Entre las zonas más afectadas por la escasez de agua en México se encuentran el Noroeste del país, incluyendo los estados de Sonora y Sinaloa, el Río Bravo en la parte correspondiente a Nuevo León, la cuenca de Lerma, Santiago y Pacífico en Jalisco, el Valle de México y la Región del Balsas.
Del mismo modo, Christian Domínguez Sarmiento, del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirmó que “el norte de México es donde más se ha acentuado el panorama de sequía y la escasez de agua está afectando dos rubros: las actividades agropecuarias como la agricultura y la ganadería a las cuales se les destina el 76.7% del agua a nivel nacional; en tanto que solo el 14.2% es para consumo humano”.
Académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) también apuntaron a que el fenómeno meteorológico de La Niña tiene una gran influencia para acentuar la escasez de agua en el país.
Además, Karina Caballero Güendulain, académica de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), informó que el estrés hidráulico es impulsado por el crecimiento demográfico y económico así como por el cambio climático y la degradación de ecosistemas. Además aseveró que este fenómeno afecta a una cuarta parte de la población mundial.
A través de un boletín, Karina Caballero también detalló que existe en el país una alta desigualdad de acceso a este recurso natural misma que se ha ido asociando principalmente a factores geográficos, a la falta de infraestructura hídrica, la baja aplicación de tecnologías innovadoras y el hecho de no modernizar políticas, regulaciones y prácticas de gobernanza.
El Monitor de Sequía de México (MSM) reportó que al 15 de marzo de 2022 el área con sequía de moderada a excepcional fue de 30.4% a nivel nacional, 7.3% mayor que lo cuantificado al 28 de febrero del mismo año.
Aunque el panorama para 2022 en México aún es incierto, los antecedentes de las cifras registradas el año pasado hacen un llamado a la población para cuidar dentro de sus posibilidades este recurso natural, del mismo modo que autoridades deberán preparar estrategias y políticas públicas para combatir la crisis de escasez de agua en todo el país.
SEGUIR LEYENDO: