La tlayuda, esa exquisita tortilla gigante llena de sabores y texturas, es uno de los múltiples tesoros que las culturas prehispánicas dejaron al país. Se trata de un alimento representativo del estado de Oaxaca que sorprende el paladar de cualquiera. Se puede comer como sope, quesadilla o taco, pues su gran tamaño permite que la o el degustador acomode y saboree el platillo a su manera.
La preparación consiste en hacer una tortilla de maíz de aproximadamente 30 centímetros de diámetro, esta se debe dorar sobre un comal y posteriormente se le colocan diversos ingredientes como carne, vegetales y no puede faltar el queso y la salsa.
El Gobierno de México recalca que es un “platillo completo, versátil y balanceado, además de ser una fuente de historia e identidad mexicana”. La historia de la tlayuda se remonta a la época precolombina, algo que se deja ver desde el nombre, pues la misma fuente señala que la denominación viene de la palabra náhuatl tlao-li que significa “maíz desgranado” y se complementa con el sufijo uda, que denota “abundancia”.
La vida de la sociedad mexicana no sería la misma sin la creatividad de los pueblos originarios, pues gracias a sus conocimientos y a su intuición, lograron heredarnos un sinfín de guisos con maíz como los tamales, las tortillas, el pozole y por supuesto, la tlayuda.
Por tal motivo, el maíz siempre ha sido un sustento importantísimo en la comida mexicana, un grano de cultivo que ha tenido relevancia económica, social, cultural y sobre todo religiosa, puesto que estaba asociado a dioses prehispánicos como Cintéotl, Iztauhquicintéotl, Cozauhquicintéotl, entre otros más.
Las comunidades zapotecas se han encargado de preservar, mejorar y compartir una de las recetas más características de Oaxaca, en específico de la región San Antonio de la Cal, un municipio ubicado en el centro del estado. El investigador Alejandro Hernández recalca que las mujeres son las protagonistas que durante siglos se han encargado de preparar y distribuir este alimento.
Los ingredientes tradicionales de las tlayudas son frijoles negros, tasajo o carne seca enchilada, chorizo, quesillo, cecina y aguacate. Sin embargo, también es muy común encontrar propuestas con chapulines, escamoles o mariscos.
Otra de las incontables maravillas de esta comida es que la mayoría queda satisfecho con una pieza, pues debido a su característico tamaño, no todas las personas pueden comer más de una.
La popularidad de este plato ha traspasado fronteras, ya que en 2020 la tlayuda ganó el campeonato Street Food Latinoamérica, un evento organizado por Netflix, una de las plataformas más famosas de streaming. El acontecimiento se llevó a cabo en la red social Twitter.
Finalmente, la gastronomía del territorio ha conquistado el corazón de muchos mexicanos, mexicanas e incluso extranjeros. Los colores, aromas y sabores que posee la cocina tradicional de la República Mexicana son incomparables, su valor es tal que en el año 2010 fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
A lo largo y ancho del territorio se puede encontrar una increíble variedad de platillos únicos que aportan identidad a las 32 entidades que conforman México. En ese aspecto, Oaxaca es uno los estados que más sobresale, pues no sólo se caracteriza por la sopa de piedra, el mole o el mezcal, también se encuentra la tlayuda, uno de los platillos estrella de la región.
SEGUIR LEYENDO: