Todo sucedió en un lapso de diez minutos. Primero fueron dos detonaciones, y luego de una pausa, se escuchó una tercera. Eran las 16:00 y a esa hora varias personas transitaban por la avenida Benjamín Ruiz, frente al campo de fútbol de la zona, a la altura de la bodega del Palacio Municipal de Aguililla, en Tierra Caliente.
Más de un testigo reconoció a los dos sujetos que viajaban en la motocicleta Honda negra con rojo: uno era chaparro, robusto y vestía pantalón de mezclilla y playera azul; el otro era alto, moreno y llevaba un corte de pelo “tipo militar”.
La moto se emparejó a una camioneta blanca que circulaba frente al campo de futbol. El hombre que iba sentado atrás del piloto apuntó con una escuadra y le disparó en la cara al conductor. La camioneta avanzó unos metros. Los tripulantes de la moto la siguieron. El mismo sujeto hizo un segundo disparo. Entonces, la unidad se detuvo por completo.
El hombre que traía el arma en la mano derecha se bajó, dio dos o tres pasos, se acercó a la ventanilla y disparó una vez más. En ese momento fue reconocido por un transeúnte. Aquel sicario que se encargó de la ejecución del alcalde de Aguililla, César Arturo Valencia Caballero, fue identificado como Ricardo “N”, alias El Alacrán, pistolero del Cema y El Pedrín, quienes a su vez han sido identificados como jefes de plaza del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en Aguililla.
Después del tercer disparo, El Alacrán se guardó la escuadra detrás de la cintura y subió a la moto. En ese instante el conductor rodeó la camioneta blanca. “En ese momento me di cuenta de que el otro era el Zapata, quien también es de Aguililla, y siempre acompaña al Alacrán o anda cuidando al Cema o al Pedrín cuando andan en el pueblo”, relató el testigo.
Mucha gente en Aguililla estaba familiarizada con aquella moto. Era la misma en que se paseaba El Alacrán antes de que el Ejército tomara Aguililla, y la gente del CJNG huyera hacia Dos Aguas para esconderse en los cerros. Testimonios recabados por autoridades indican que Pedro López Barajas, alias El Pedrín o La Coya, financió la campaña de César Valencia, y que hace alrededor de tres meses sostuvo con éste una reunión de al menos 20 minutos en las mismas oficinas del Ayuntamiento.
César Arturo Valencia resultó triunfador el pasado 6 de junio en una elección que fue calificada de “fantasmal” debido a la pobre participación ciudadana con la que contó. Uno a otro, los candidatos a la presidencia municipal fueron “bajados” por los líderes del CJNG, quienes aceptaron la postulación de Valencia Caballero e incluso se replegaron dos días antes de la elección.
La hipótesis de una posible represalia del CJNG por la irrupción el Ejército se apoya en una reunión ocurrida un día antes de que en Aguililla se avistaran helicópteros, decenas de vehículos y más de mil soldados para restablecer el estado de derecho. De acuerdo con un reporte en poder de las autoridades federales, aquel día Valencia Caballero intentó convencer a los mandos castrenses de que no entraran al pueblo.
No conseguirlo fue al parecer su sentencia de muerte. Solo un mes después fue asesinado a quemarropa, y al día siguiente, el cadáver de su asesor, René Cervantes, apareció en Las Parcelas de Castillo. Al parecer, ambos fueron asesinados a la misma hora.
El Pedrín, El Cema, El Alacrán y El Zapata se mostraban sin recato en las calles del pueblo, antes de que irrumpiera el Ejército. El domicilio del Alacrán era conocido por todos. Ahí se localizó la moto Honda empleada en el asesinato. Sin embargo, a pesar de la información recogida por las autoridades, un juez de Apatzingán se niega a obsequiar la orden de aprehensión.
Ricardo Mejía Berdeja, subsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana, confirmó que los “presuntos responsables” ya están en la mira y se presume que pertenecen “a un grupo criminal” que se vio desplazado del municipio ante la presencia del Ejército.
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