Andrés Filomeno Mendoza Celis, identificado como feminicida serial de Atizapán, fue sentenciado a prisión vitalicia por uno de los 19 casos que le atribuyen.
La comparecencia tuvo lugar este 18 de marzo, luego de que la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) presentara datos de prueba para obtener el fallo condenatorio por el feminicidio de Reyna González Amador, perpetrado el 14 de mayo del año pasado.
Mendoza Celis, el Chino, deberá pagar una multa de 5 mil días de salario mínimo y un millón 344 mil pesos por reparación del daño a familiares de la víctima. El acusado aceptó su culpabilidad en la audiencia realizada en Juzgados de Tenango del Valle.
El esposo de Reyna González Amador y otros cercanos a ella estuvieron en la lectura de cargos. La autoridad también determinó suspensión de sus derechos civiles y políticos. Apenas este 16 de marzo, la FGJEM informó que conjuntaron evidencias para sustentar la culpabilidad del Chino.
En la casa del feminicida se recolectaron identificaciones, libretas con nombres de personas, descripciones de las mismas, fotografías, bisutería, bolsos de mujer, calzado y diversos videos en formatos VHS y 9 milímetros.
Luego de una excavación minuciosa fueron rescatados más de 4 mil 300 restos óseos. De ahí que al menos 11 familias proporcionaron su ADN para que fuera comparado en coincidencias con las partes localizadas.
Posteriormente y después de meses de trabajos periciales, las autoridades ministeriales comenzaron cateos en el domicilio aledaño a la propiedad de Mendoza Celis, en la calle Margaritas manzana 37 de la colonia Lomas de San Miguel.
El 22 de febrero, las autoridades del Estado de México identificaron a seis de las 19 víctimas que se encontraron al interior de la casa del Chino. Aunque ha sido sentenciado de por vida, siguen procesos para comprobar su participación en la serie de asesinatos.
Este caso inició el 15 de mayo de 2021, cuando las autoridades municipales de Atizapán de Zaragoza, alertados por la desaparición de Reyna González, acudieron al domicilio del asesino. Al realizar los cateos correspondientes, encontraron los restos desmembrados de la mujer de 34 años, así como indicios de por lo menos otras cuatro mujeres, entre los que destacaron vestimentas y credenciales de elector.
Documentos en posesión de Infobae México revelaron que Reyna rentaba su vivienda en dicha entidad y llegó a hacerlo también en los alrededores, como en la colonia Emiliano Zapata. Vecinos aseguraron a este medio que se trataba de una mujer muy seria y que únicamente se dirigía con las personas para discutir los asuntos necesarios, luego volvía a sus actividades cotidianas.
Para ganarse la vida, la mujer administraba un local de accesorios para celulares como fundas, cargadores, chips, etcétera, negocio que además, le permitía obtener ingresos para mantener a sus dos pequeñas hijas.
Su pareja fue en búsqueda, luego de que Reyna no volvió a casa tras avisar que ayudaría en un favor a Mendoza Celis. Al arribar al domicilio del sujeto, este negó en primera instanca saber del paradero de su vecina, pero fue empujado y tras revisar, localizó el cadáver destazado en el domicilio. Entonces avisó a las autoridades.
Las autoridades explicaron que tras matarlas, tomaba fotografías para después filmarse mientras realizaba cortes a los cuerpo de sus víctimas. La actividad la realizó bajo su recámara, donde peritos encontraron un sótano que le servía para seccionar los cuerpos.
Su patio se convirtió en cementerio para las víctimas, ya que una vez las terminaba de cortar, sepultaba sus restos en el área. Los procesos en su caso siguen abiertos, debido a que habría cometido ilícitos durante años, al menos dos décadas.
De acuerdo con reportes locales, su audiencia se pronlogó más de hora y media. En todo momento, Andrés Filomeno Mendoza Celis permaneció callado hasta que fue obligado a responder si aceptaba la condena. Aunque confesó parte de sus crímenes al momento de ser interrogado, ante la sociedad, según testimonios recabados de vecinos por Infobae México, se comportaba como tranquilo, relajado, “normal” y no se metía con nadie.
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